La casa de té "Tam Tra Quan" se sitúa en el número 51, callejón Phan Chu Trinh, Hanói (Foto: VOV)
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Al mediodía, bajo el calor sofocante que parece “quemar” la piel de cualquiera que sale al aire libre, muchas empleadas de las oficinas que trabajan cerca del callejón de Phan Chu Trinh acuden a pie a la casa de té “Tam Tra Quan”, con el anhelo de alcanzar un estado de armonía espiritual al disfrutar de una taza fresca y escuchar las melodías de meditación que suenan allí, en un ambiente lleno de símbolos del Budismo. Cada piso mide solo 30 metros cuadrados pero es adornado delicadamente con figuras hechas de flor de loto y la esvástica budista en la pared, el techo y las mesas, y libros y poemas de esta religión. Cada mesa tiene una campanilla para llamar al camarero.
Los pisos de la tienda están llenados por símbolos budistas tales como la flor de loto (Foto: VOV)
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A Do Thu Thuy, una trabajadora del Grupo Ford Vietnam, le gusta tomar té en “Tam Tra Quan” en lugar de practicar yoga como sus compañeras. Compartió su gusto diciendo: “Me gusta esta tienda por su espacio tranquilo y estilo antiguo. La bebida es muy saludable y fascinante. Normalmente, suelo beber el té “Hoa Cuc” o flor de margarita, pero hoy pruebo el de “Quan Am” inspirado por el nombre del Buda Bodhisattva. Degustar el té delicioso al lado de amigos en un ambiente encantador, es una experiencia maravillosa.”
Como Thuy, muchas personas eligen “Tam Tra Quan” como un lugar de descanso al mediodía, en su mayoría, asiduos clientes. Mientras, los nuevos se sorprenderán ante un menú con más de 20 tipos de té. Desde los calientes como An Lac, Tu Bi y Giac Ngo, los frescos como Hong Tuyet y Han Cuc, hasta las infusiones y zumo de frutas con té. Ante tal variedad, la dueña de la tienda, Nguyen Kim Ngan, les sugerirá elegir el más apropiado según su gusto. Al respecto, comentó: “Nos concentramos en los sabores: dulce, amargo, picante, agrio y acre. El té fresco sólo tiene un sabor, mientras el caliente es una mezcla de dos sabores. Pueden probar el “Vo Thuong”, una combinación de los sabores agrio y acre de la seta Lingzhi, el “An Lac” agrio y amargo de la flor de panax notoginseng, o el “Giac Ngo” amargo y dulce del té negro Oolong. Antes, vendíamos principalmente el té caliente. Ahora añadimos en el menú los tipos de té fresco y comidas vegetarianas.”
Un par de tazas de té caliente en "Tam Tra Quan" (Foto: Tam Tra Quan)
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El perfil sensorial del té de “Tam Tra Quan” se produce de varias plantas medicinales saludables tales como “Long tam”, “Ki tu”, “Mach mon”, “Dang sam” y del aroma de los botones de rosa, loto, margarita y jazmín. Según la propietaria de esta casa, la cata de té debe realizarse en un ambiente relajado para que los que van a degustarla puedan apreciar cada variedad con los cinco sentidos. Primero, ella inspeccionará las hojas de té y los botones de flor en seco, luego los dividirá en paquetes pequeños con la cantidad adecuada de cada sabor de té. Es fundamental respetar la temperatura del agua y el tiempo de infusionado. Todo el proceso es para poder apreciar todas las características de la bebida desde el color, la profundidad, la claridad, la limpieza y el brillo.
Muchas personas, tomar un té es un simple acto para satisfacer la sed, mientras para otras, disfrutar té es una ceremonia íntima y compartida, en la que deja de ser una simple bebida para convertirse en una experiencia única en la que participan los sentidos del gusto, olfato, vista y tacto. La dueña Kim Ngan dejó saber la manera correcta para saborear esta bebida diciendo: “Para percibir las particularidades sensoriales del té, debemos beber el líquido e injerir sus hojas. Añadimos en cada oferta un termo de agua caliente y azúcar para que los clientes puedan aprovechar al máximo una taza de té.”
Una copa de té fresco (Foto: Tam Tra Quan)
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La cultura del té se ve atrasada ante el desarrollo de abundantes nuevas bebidas procedentes del exterior, especialmente para los jóvenes. Pero durante 12 años de existencia, “Tam Tra Quan” continúa atrayendo a este sector de la población.
Según Pham Nguyen Dung, estudiante de Derecho en Hanói, no toma los modernos tés taiwaneses con leche, un nuevo hobby de los jóvenes capitalinos, sino que tiene interés en saborear este auténtico té desde hace mucho tiempo. “Ya transcurrió bastante tiempo desde que llegué por primera vez a esta tienda. Pero no hay cambio alguno. El ambiente es tranquilo y el té es muy rico. Me encanta disfrutarlo en el balcón del segundo piso, porque tiene una buena vista y su antigua arquitectura es muy bonita.”
Aunque alrededor de “Tam Tra Quan” hay muchas cafeterías, restaurantes y edificios modernos y lujosos, esta antigua tienda no es ignorada por nadie, quizás por sus características particulares de la cultura del té por la preservación de una linda herencia de los hanoyenses.