Estamos en Tri Le, una comuna adscrita al distrito de Que Phong. Son las ocho en punto de la noche, hora de empezar la clase. Una treintena de “estudiantes” aprenden a escribir y deletrear. La mayoría de ellos son mujeres de grupos étnicos minoritarios de entre 30 y 60 años. Ellas suelen casarse bastante temprano, a los 17 o 18 años de edad. Por tanto, la crianza de los niños y el trabajo doméstico son un obstáculo para su escolarización. Algunos de los estudiantes nunca fueron a la escuela, otros la abandonaron demasiado pronto. Pero todo cambió con la llegada de los soldados de la misión económica número 4 del Ministerio de Defensa.
Mantener el programa de alfabetización en esta región montañosa es un gran desafío. Para llegar al lugar donde se organiza este curso especial los jóvenes militares-maestros voluntarios tienen que invertir varias horas en el traslado desde su unidad. El coronel y comisario político adjunto, Nguyen Nhu Hong, nos contó:
“El camino es difícil. Debemos recorrer cinco kilómetros en medio del bosque para llegar allí”.
Una clase especial en las zonas fronterizas de los distritos de Que Phong, Tuong Duong y Ky Son de la provincia central de Nghe An. (Foto: VOV)
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En los días de lluvia la cosa se complica seriamente. A veces cuando los jóvenes intelectuales de la misión económica número 4 del Ministerio de Defensa regresan a su unidad, casi despunta el alba. No obstante, ninguno de ellos se da por vencido. Los alumnos siempre están ahí, esperándolos, llueva o haga sol. De esta manera, los soldados voluntarios, entre ellos Vi Hoang Anh, hacen todo lo posible para estar a la altura de la tarea.
“Las madres y hermanas vienen aquí a pesar de la lluvia y a pesar de la distancia que separa sus casas de la clase. Se levantan temprano por la mañana, trabajan duro todo el día y vienen con nosotros por la noche. A veces ni siquiera tienen tiempo de cenar antes. Varias de ellas vienen comiendo cosas por el camino”, dijo.
Una gran asiduidad, por tanto, que conduce a grandes resultados de los alumnos impresiona a los propios maestros que forman parte del equipo. Sobre esto Lo Thi Phuong expresó lo siguiente:
“En cuanto al idioma vietnamita, todos saben leer, deletrear y combinar letras desde el primer semestre. Luego podemos pasar a la lectura. En matemáticas empezamos con cálculos sencillos: sumas y restas básicas”.
Un intelectual joven ayuda a eliminar el analfabetismo en las zonas remotas. (Foto: VOV)
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Esta satisfacción es compartida por los alumnos, que sienten que por fin están recuperando el tiempo perdido, como nos contó Luong Thi Can:
“Ahora sé escribir, leer y calcular. Estoy muy feliz por eso. Gracias a los profesores por brindarnos conocimientos y cambiar nuestras vidas”.
Para salir de la pobreza es necesario estar educado y bien informado. Los jóvenes soldados también mantienen informados a los residentes locales sobre las políticas adoptadas por el Partido Comunista y el Estado a su favor. El coronel Nguyen Nhu Hong explicó:
“Coordinamos con las autoridades locales para organizar estos cursos. Se da prioridad a las zonas más desfavorecidas. Nuestros voluntarios llamaron a la puerta de cada casa para convencer a las mujeres de que fueran a las clases”.
Gracias a estos cursos de alfabetización los habitantes de las zonas fronterizas de la provincia de Nghe An saben hablar, leer, escribir en vietnamita y calcular para gestionar mejor su vida diaria y sus asuntos comerciales. Su nivel de vida ha mejorado significativamente.