Las campanas del Monasterio Zen Van Hanh. (Foto: baolamdong.vn)

Después de pasar una puerta de madera de caoba con dos techos, los visitantes verán de inmediato una serie de campanas de color amarillo brillante, cada una de ellas con más de 1,3 metros de altura y 0,7 de diámetro, colgadas en marcos de madera. El venerable Thich Vien Thanh se encuentra sentado en una mesa redonda instalada en el patio bebiendo a sorbos una taza de té. Dijo que las campanas están hechas de capas de hierro fundido de bombas y balas remantes de la guerra, que se transfirieron de las provincias de Quang Tri, Quang Nam, Quang Ngai y Lam Dong. Agregó que en 1980 comenzó la restauración del referido lugar con el deseo de convertirlo en un destino de turismo espiritual para los seguidores budistas y visitantes que llegan a Da Lat.

“El Monasterio Zen Van Hanh fue establecido en 1952 por varios budistas de la región central que llegaron a Lam Dong para establecer una vida nueva. En ese momento, el edificio tenía solo 9 metros de largo con un techo de hierro corrugado. En 1980, la Sangha Budista me asignó el cargo de abad del templo. Desde entonces hasta 1994, lo reconstruimos y ampliamos como en la actualidad. En 2002, construimos una estatua del Buda Sakyamuni en su sermón de la flor, cuando sostiene una flor de loto blanca en una de sus manos y sonríe lánguidamente, para que los budistas puedan observarla y adorarla”.

La obra que menciona Thich Vien Thanh es una estatua de 24 metros de altura, la cual fue elaborada de hormigón fundido y cubierta con una capa de oro. Su peso es de 60 toneladas. Debajo del pedestal de loto se encuentra una montaña artificial, en la cual se colocan estatuillas de maestros sentados en una postura de meditación. Gracias al diseño del dignatario Thich Vien Thanh, la artesana Thuy Lam, residente en Ciudad Ho Chi Minh, creó la obra considerada como la mayor singularidad del monasterio.

Artefactos exhibidos en una habitación del santuario. (Foto: baolamdong.vn)

Otra característica especial radica en las dos habitaciones construidas en el recinto del jardín de los bonsáis, el cual alberga miles de piedras de cuarzo recolectadas por el abad del templo durante décadas, así como pinturas creadas con este material, entre ellas una que representa el mapa del país. El monje compartió al respecto:

“He estado elaborando pinturas desde 2007. Las obras con diferentes temas como “apacentando bufalos”, “amor maternal” y “faenas en el campo” están formadas a partir de piedras de cuarzo, combinadas con la arena tomada de las provincias centrales de Binh Thuan y Ninh Thuan. Las que se exhiben aquí no son para vender. Mi deseo es contribuir algo a la vida”.

Al llegar el espacio de meditación, los visitantes aprenden mejor los valores del budismo y su conexión con la cultura vietnamita.

“Estoy emocionada al contemplar las antigüedades exhibidas en el monasterio porque recrea las características culturales del budismo vietnamita y el desarrollo de Da Lat”.

“Antes, no podía imaginar que estas piedras formarían obras de arte tan creativas como estas. ¡Es genial!”

“Esta es mi primera vez en el monasterio. Me pareció muy hermoso. He ido a muchos templos, pero no he visto ninguna pintura de piedras única como aquí”.

El venerable Thich Vien Thanh presenta a los visitantes su colección de gongs y batintines. (Foto: baolamdong.vn)

Con el propósito de convertir su colección en un pequeño “museo” para servir al público, durante sus viajes, Thich Vien Thanh recolectó más de 2 mil artefactos, incluidos 200 morteros de piedra de diferentes épocas, especialmente destaca uno datado de hace 300 años. A estos se suman numerosas figuras de animales hechas de piedra y madera, junto con una colección de instrumentos antiguos de medición, ollas y bandejas de cobre; bombas de agua manual, un molino de arroz, cuchillos e instrumentos de arado y rastra hechos de hierro y madera, entre otros. El monje preserva los objetos de forma cuidadosa y debajo de ellos hay informaciones específicas sobre su origen para que los visitantes aprendan mejor sobre la cultura vietnamita. Agregó: “Para lograr este resultado, tratamos de perfeccionar cada trabajo, hasta completarlo para servir al público. Por ejemplo, tenemos que construir una reproducción de búfalo usándola como explicación para reproducir la técnica del arado. Mientras que, para una bomba de agua, tenemos que construir un lago para que los visitantes puedan imaginar cómo se usa. Las trilladoras de arroz también se mostrarán de alguna manera específica para que los espectadores puedan entender cómo funcionan”.

El Monasterio Zen Van Hanh no solo es un destino interesante para los excursionistas que desean visitar Da Lat a través del turismo espiritual, sino que también ayuda a los seguidores a comprender más sobre la cultura vietnamita, en particular, y el budismo, en general.