Los médicos y enfermeros del hospital monitorean constantemente el estado de salud de cada paciente para detectar a tiempo los cambios y realizar intervenciones si es necesario. (Foto: VOV) |
En la sección destinada a pacientes graves del covid-19 del Hospital General de Tay Nguyen (llamada también el tercer nivel), parece no existir el concepto del tiempo. Aquí, los trabajadores viven a diario todo tipo de emociones, desde la alegría que estalla cuando un paciente se escapa de las garras de la muerte, hasta la tristeza, el dolor y la sensación de impotencia frente a la batalla perdida de otro.
Habiendo trabajado en este lugar desde el estallido de la pandemia, participando directamente en 5 etapas de tratamiento para pacientes graves del covid-19, el doctor Vo Phi Binh del Servicio de Cuidados Intensivos del hospital dijo que aquí, la línea entre la vida y la muerte es tan delgada, que pareciera que todo se decide en un sólo instante.
“Los pacientes en situaciones graves y críticas están entre la vida y la muerte. En algunos casos, aunque su estado no es muy grave, los enfermos se inquietan demasiado y esto empeora su salud. A estas personas debemos alentarlas y ayudarlas psicológicamente. En cuanto a los pacientes graves, además de tratarlos según las indicaciones del Ministerio de Salud, tenemos que darles la oxigenoterapia, cuidados intensivos y todas las atenciones posibles para intentar salvar su vida. Y, en efecto, muchos de ellos se han recuperado de la enfermedad”.
Una enfermera da de beber leche a un paciente de cuadros graves. (Foto: VOV) |
Actualmente, más de 80 personas reciben tratamiento médico en este lugar, la mayoría de ellas de edad avanzada y con patologías previas como diabetes, hipertensión y cirrosis. La enfermera Nguyen Thi Loc dijo que los adultos mayores son débiles y, además, olvidadizos. Cuando ellos están enfermos, se irritan fácilmente. Los enfermeros deben tratarlos con mucha paciencia y buscar la forma de aconsejarles para que colaboren, y especialmente, para que se alimenten, porque al contraer el coronavirus, pierden el gusto y el olfato, y no quieren comer ni beber nada. Además de ayudar a los pacientes a comer y beber, los enfermeros tienen que cambiarles los pañales todos los días, usar toallas húmedas para limpiar sus cuerpos, y darles palmaditas en la espalda para facilitar su respiración.
Thi Loc dijo: “Los pacientes que vienen aquí presentan cuadros graves y no tienen familiares cerca. Su situación me da pena, por eso, junto a otros enfermeros, hago todo lo posible para atenderlos. Además de ayudarles a tomar medicamentos, les prestamos atención a ellos todo el tiempo, dándoles de comer o de beber leche a cada rato, o satisfaciendo sus pedidos. Siempre estamos a su lado. Solemos alentar a los pacientes a que sigan luchando contra la enfermedad, para luego volver a reunirse con sus familias”.
Por sus situaciones graves y complicadas, todos los pacientes necesitan la oxigenoterapia. Los trabajadores de esta sección no pueden permitir la más mínima negligencia, porque si eso sucede, ya sea por sólo un minuto, esto puede costar la vida de una persona. Por lo tanto, el personal médico no puede quitarle los ojos de encima a ningún paciente.
El especialista Trinh Hong Nhut, jefe del Departamento de Cuidados Intensivos, encargado de la sección de tratamiento para pacientes graves del covid-19 del Hospital General de Tay Nguyen, dijo que desde agosto de 2021, esta zona se ha convertido en “la última fortaleza” que recibe y cura a los pacientes graves del covid-19 con enfermedades subyacentes en la provincia altiplánica de Dak Lak. Hasta el momento, el área ha recibido cerca de 600 casos graves y ha curado y trasladado al segundo nivel a unos 400 pacientes. Hubo momentos en los que atendieron hasta casi 100 pacientes en estado crítico a la vez. A pesar de que la intensidad del trabajo es alta, cada médico y cada enfermero del área está decidido a salvar a los pacientes.
“La cantidad de pacientes que ingresan a nuestra sección es muy grande, sin embargo, con todos los esfuerzos que hemos hecho, logramos mantener una tasa de mortalidad de 0,54%, en comparación con el 1,5% a nivel nacional y el 1,4% en el mundo. Este resultado se debe a los máximos empeños de todos los trabajadores, que siempre damos lo mejor de nosotros en el tratamiento de los enfermos a pesar de las dificultades y la falta de recursos”, dijo el galeno.
Ver a los pacientes recuperados y dados de alta para regresar a su casa, es quizá la mayor felicidad de los médicos y enfermeros en esta sección especial del Hospital General de Tay Nguyen. Aunque la batalla no ha terminado, y las dificultades aún les esperan, estos profesionales de la salud, con su responsabilidad, entrega y devoción, siguen desempeñándose como escudos de acero para proteger a sus pacientes de la guadaña de la muerte y para que puedan retornar a la vida en la comunidad.