El texto llama al ejército y la policía birmanos a contenerse y respetar los derechos humanos y las leyes internacionales.
Los ciudadanos protestan el golpe de Estado en Myanmar, el 22 de febrero. (Foto: Reuters) |
Los cancilleres del G7 tacharon de “inaceptable” el uso de balas y proyectiles reales en los enfrentamientos con los manifestantes. Cualquier individuo que use la fuerza para dispersar a los manifestantes debe responsabilizarse de su acción, reseña la declaración.
El documento afirma que los países miembros del G7 condenan la amenaza y la represión a los que protestan contra el último acto golpista en Myanmar y llaman al levantamiento del estado de emergencia en ese país del Sudeste asiático. También piden la inmediata liberación de las autoridades detenidas, entre ellas, la consejera de Estado Aung San Suu Ky y el presidente Win Myint. La declaración reitera además su apoyo al pueblo birmano en sus esfuerzos por la democracia y la libertad.