Durante la reunión, ambas partes expusieron sus posiciones respecto a la lucha contra el terrorismo transfronterizo, la consecución de un alto el fuego duradero y la resolución de cuestiones relacionadas con sus intereses fundamentales.

La parte pakistaní reafirmó su postura de principios y exigió a los talibanes que pongan fin a la tolerancia y el patrocinio de grupos terroristas, especialmente de la red Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP). Asimismo, exigió que Afganistán impida el uso de su territorio como base para ataques transfronterizos contra países vecinos, destruya los campos de entrenamiento e instalaciones logísticas del TTP y adopte medidas verificables para demostrar su buena voluntad.

Fuentes gubernamentales paquistaníes acusaron al gobierno talibán de no cooperar en el proceso de diálogo. Por su parte, un representante de Kabul negó estas acusaciones y aseguró que el diálogo avanzaba satisfactoriamente, considerándolo la vía principal para estabilizar la región. La delegación afgana pidió además a Pakistán cesar las violaciones de su espacio aéreo y el apoyo a la oposición, subrayando su compromiso con la integridad territorial de Afganistán.

En paralelo, el presidente estadounidense Donald Trump reiteró el 26 de octubre su disposición a mediar para poner fin al conflicto entre Pakistán y Afganistán. Durante un discurso en Kuala Lumpur, en el marco de la Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), expresó su confianza en que la situación podría resolverse con rapidez, asegurando que “conoce a ambas partes”.