 Joe Biden y Kamala Harris en un encuentro con sus seguidores. (Foto: New York Times) |
Este país ha reforzado la seguridad movilizando decenas de miles de efectivos de la Guardia Nacional equipados con armas hacia las áreas donde se llevará a cabo el acto, con el fin de prevenir disturbios como los acaecidos el pasado 6 de enero en el Capitolio, sede del Congreso en Washington.
El despliegue de las medidas de seguridad comenzó hace una semana. Los grandes puentes que conducen a Washington y las vías de ómnibus y líneas de metro hacia el centro de la ciudad han sido bloqueadas. En las grandes calles se han instalado puestos de control. Toda la capital ha sido efectivamente bloqueada al servicio de la toma de posesión.
Debido a los impactos del covid-19, a esta ceremonia solo asistirán unas mil personas, en comparación con las 200 mil de las ocasiones anteriores. No habrá desfiles ante el público desde el Capitolio a la Casa Blanca, ni la posterior fiesta de baile, sino que se ofrecerán programas televisivos especiales con espectáculos de música y los discursos de Joe Biden y de la vicepresidenta Kamala Harris. Numerosas otras actividades también tendrán lugar en línea.
El presidente saliente Donald Trump no asistirá al acto de investidura de su sucesor y, en su sustitución, el submandatario Mike Pence tomará parte en el evento para manifestar el apoyo a la transferencia pacífica del poder a la nueva administración. De esta manera, Trump será el primer presidente norteamericano que renuncia a personarse en el acto de toma de posesión de su sucesor desde 1869.