Dos semanas después del caos del Capitolio, Estados Unidos ha reforzado la seguridad para la toma de posesión de Joe Biden de la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero (Foto: AP) |
La toma de posesión de Joe Biden como el 46° presidente de Estados Unidos se ha celebrado el 20 de enero y el evento no ha contado con la participación del presidente saliente, Donald Trump. Esto se considera un hecho sin precedentes en la historia de esa nación en la historia reciente que refleja las contradicciones y profundas diferencias en el punto de vista de ambos líderes. De esta manera, la principal preocupación de la opinión pública en el momento actual es cómo serán los primeros pasos del nuevo presidente Joe Biden diferentes a la trayectoria de su predecesor.
Revierte políticas del gobierno predecesor
El ambiente festivo en saludo a la investidura de Joe Biden (Foto: AP) |
Unos días antes de la investidura de Joe Biden, el 16 de enero, Ron Klain, futuro jefe del Despacho del Presidente estadounidense, envió una nota a los medios de comunicación que leía lo siguiente: en el día de la toma de posesión del cargo (20 de enero), se espera que el presidente Joe Biden firme una docena de decretos ejecutivos, muchos de los cuales revierten las políticas de la administración predecesora, como por ejemplo, volver a unirse al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático (COP21) y abolir las restricciones de viaje con los países musulmanes.
Según varias fuentes, el nuevo inquilino de la Casa Blanca también anunciará un proyecto de ley de inmigración denominado Dreamers, que establece una hoja de ruta de ocho años para que alrededor de 11 millones de personas residentes en el territorio nacional se conviertan en ciudadanos estadounidenses. Esta propuesta judicial es un paso para que Biden cumpla con los compromisos de campaña electoral que dirigió a los votantes latinos y a otras comunidades de inmigrantes después de cuatro años de la aplicación, por parte del presidente Trump, de políticas para restringir la inmigración, a través de las cuales deportó a un gran número de inmigrantes ilegales. Durante su campaña, Biden calificó las actuaciones de la administración Trump como un “ataque implacable” contra los valores estadounidenses y afirmó que, de ser elegido presidente, “arreglaría el daño”.
El 18 de enero, Jen Psaki, secretaria de prensa del presidente electo, manifestó que el nuevo gabinete no intentaría levantar el próximo 26 de enero la restricción de entrada al país, sino que aumentará las medidas de protección de la salud pública en el movimiento entre los países con el fin de limitar la propagación de la epidemia del covid-19. La declaración tuvo lugar poco después de que la Casa Blanca confirmara que la prohibición de entrada a Estados Unidos a los pasajeros procedentes del Reino Unido, 26 países del espacio Schengen y de Brasil, expiraría a partir del 26 de este mes.
Según evaluaciones, la mayoría de las medidas del nuevo presidente para revertir las políticas de su predecesor se centran en los asuntos perseguidos por Donald Trump y no necesitan ser aprobadas por el Congreso.
Retos
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden (Foto: AP) |
Sin embargo, el nuevo inquilino de la Casa Blanca tiene que enfrentar desafíos nada pequeños, ya que asumir la presidencia de la nación en un contexto en el que la situación nacional e internacional experimenta fluctuaciones complicadas, muchas calificadas como especialmente perjudiciales, como por ejemplo, las cuestiones que rodean el proceso de las elecciones presidenciales de 2020, el impacto de la pandemia del nuevo coronavirus y el nivel más bajo alcanzado en décadas entre las relaciones entre Estados Unidos y China.
En concreto, sostienen los analistas, sanar las divisiones internas después de la gran multitud de inconvenientes y obstáculos constituye el mayor desafío para Joe Biden. El primer reto residía en su capacidad para obtener la “victoria” en el discurso de investidura el 20 de enero en un acto sin precedentes al que ninguno de sus predecesores asistió para mostrar su agradecimiento y felicitaciones debido a la reforzada seguridad tras los disturbios sucedidos en la sede de Capitolio el 6 de enero. Al mismo tiempo, numerosos republicanos dudaban de los resultados de los recientes comicios que reflejaron el triunfo de Biden.
Por otra parte, superar las secuelas de la pandemia del covid-19 y la recuperación de una economía en grave recesión, son otros exigentes desafíos para el nuevo presidente. En materia de asuntos exteriores, la gestión de las tensas relaciones entre Estados Unidos y China, la mejora de los lazos entre ambos lados del Atlántico, dar un nuevo enfoque a la cuestión nuclear de Irán y la desnuclearización de la península de Corea, también se consideran grandes retos para la administración de Biden.
Sin embargo, según analistas, el nuevo presidente de Estados Unidos tiene ciertas ventajas para liderar el país. Lo más significativo es el hecho de que los demócratas ocupan la mayoría de escaños y controlan la Cámara de Representantes, además de tener una gran ventaja en el Senado al conseguir 50 asientos, igual que los republicanos, pero cuentan con la voz decisiva de la presidenta de este órgano rector, Kamala Harris, quien es también la vicepresidenta electa de Estados Unidos y miembro del Partido Demócrata.