Los delegados se comprometieron a apoyar la reconstrucción y el desarrollo de Irak, país asolado después de un prolongado conflicto y la lucha contra el autodeclarado Estado Islámico. También manifestaron su oposición a la intervención en los asuntos internos de Irak, aunque la mayoría de las naciones participantes en esta cita tienen grandes intereses económicos y políticos en el país árabe.