Un veterano artesano guía cada línea de bordadura a sus alumnos (Foto:internet)
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Según una leyenda local, la bordadura fue ejecutada por primera vez por los aldeanos de Van Lam hace 700 años, con artículos destinados a servir a la corte, o para las decoraciones de templos, pagodas y casas comunales. En 1910, los aldeanos Dinh Ngoc Henh y Dinh Ngoc Xoan aprendieron técnicas de brocado de los franceses y luego las transmitieron a sus connacionales. Desde entonces, la popularidad de este oficio artesanal fue creciendo hasta convertirlo en uno de los pueblos más famosos de Vietnam en esa actividad. Vu Thanh Lam, un artesano local, contó: “El arte del bordado de nuestro poblado se ha transmitido de generación en generación. Pese a muchos altibajos, este oficio ha sobrevivido e incluso sigue desarrollándose con fuerza. Nuestros productos se exportan a todo el mundo, especialmente a Europa y el noreste de Asia”.
En las hábiles manos de los artesanos de Van Lam, hilos delgados y de multicolores que se bordan en piezas de tela de diferentes tamaños, crean obras artísticas muy sofisticadas y delicadas como pinturas. Según quienes lo hacen, no es difícil aprender a bordar, pero para hacer un producto bonito, de alto valor artístico, se requiere dedicación y habilidad. Dinh Thi Loan, una de las mejores bordadoras de la localidad, explicó que además de los referidos factores, el secreto de la profesión fue heredado de sus antepasados. Al respecto, comentó lo siguiente: “Mi familia es la tercera generación vinculada a este oficio y ya mis hijos decidieron seguirla. La mayoría de las técnicas básicas de la profesión procede de Van Lam”.
Si la señora Dinh Thi Loan es conocida por sus técnicas de bordado con diferentes colores, su colega Hong Yen es famosa por las de encajes. Fue pionera en la combinación armoniosa de muestras de bordados, encajes y vainicas para ponerlas en ropas, incluidas camisas, bolsos y zapatos, haciéndolos únicos y atractivos.
Hace muchos años los productos bordados de esta tierra encontraron un nicho en mercados competitivos como Japón, Corea del Sur, Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido y Estados Unidos, gracias a su alta calidad y atractivos diseños. Tales artículos como ropa de cama, cortinas, pinturas y kimonos, entre otros, se embellecen gracias a los delicados y atractivos diseños de los bordados. Los artesanos de Van Lam no sólo practican este oficio en su poblado, sino que también tratan de desarrollarlo en otros lugares del país. Ese es el caso de Dinh Thi Mai, que ahora gestiona una tienda de bordadura ubicada en la calle Hang Gai, en la capital, y quien comentó: “El arte del brocado y encaje se aprendió de los franceses, pero hoy nuestras técnicas están muy desarrolladas. Conozco a varios clientes extranjeros que viajaron a Van Lam y se sorprendieron al descubrir productos de calidad muy superior a las muestras que habían traído. Así que, por supuesto, me siento orgullosa de mi pueblo y sus bordadoras”.
Productos bordados de Van Lam atraen a muchos clientes foráneos (Foto:VNP)
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Hoy día, la aldea cuenta con decenas de empresas privadas de bordadura y alrededor de 700 familias locales que se ganan la vida con ese oficio. Esta labor proporciona trabajo a la población local y aporta un ingreso anual de 90 mil millones de dongs (3millones 900 mil dólares).
Ubicada próxima al complejo paisajístico de Tam Coc-Bich Dong, que anualmente atrae a millones de visitantes nacionales y extranjeros, Van Lam tiene la ventaja de poder propiciar viajes para conocer oficios tradicionales. Por esa razón, el gobierno local prevé combinar el desarrollo del comercio de productos bordados con viajes a sitios históricos y escenarios populares, con lo cual los turistas explorarán la delicadeza de la artesanía y profundizarán en la diversa identidad cultural vietnamita.