El mangle negro tiene fibra de madera apropiada para hacer cubiertos de mesa (Foto: VOV) |
A Mai Lam Phuong le gusta viajar a distintos lugares para conocer las diferentes prácticas y técnicas agrícolas puestas en marcha en el país. Durante una visita a la provincia de Ben Tre, en el delta del Mekong, descubrió que muchos de sus habitantes explotan con éxito los múltiples usos de la palma de coco.
Al comparar las características del cocotero con las del mangle negro, árbol típico de su provincia natal, el curioso agricultor se dio cuenta de que el último crece más rápido y que la fibra de su madera es tan hermosa como la del cocotero. Dotado de perspicacia empresarial e interés por la innovación, decidió utilizar este tipo de madera para fabricar palillos y cucharas. Inicialmente, elaboraba de forma artesanal estos cubiertos de madera para su propia familia. Pero cuando otras personas vieron estas piezas y se mostraron dispuestas a comprarlas, Mai Lam Phuong decidió desempeñar ese trabajo en serio. Para ello, fabricó un aparato para producir los utensilios de madera. Compartió lo siguiente: “Antes de construir la máquina, consulté a varios técnicos. Inventé este artilugio después de muchas investigaciones. Tras varios intentos, finalmente di con la versión adecuada. Funciona perfectamente”.
Mai Lam Phuong crea una máquina para hacer cucharas y palillos (Foto: VOV) |
Según Lam Phuong, el mangle negro es un recurso abundante en materias primas. Si el cocotero tarda muchos años en formar su madera, el mangle solo se demora entre 2 y 3 años. A lo largo de las diferentes etapas, desde cortar la madera hasta alisar y afilarla, la máquina de Phuong permite seccionar alrededor de cien pares de palillos y unas treinta cucharas al día. Cinco pares de palillos cuestan 30 mil dong (1,2 dólares) y una cuchara se vende por 20 mil dong (cerca de un dólar). Con estos precios, el agricultor reporta unos ingresos adicionales bastante cómodos. Pero Lam Phuong no está completamente satisfecho con su producción diaria y busca mejorar la potencia de su máquina. Dijo: “Esta máquina, tal como está diseñada hoy, solo me genera ganancias diarias de cien mil dongs. La modificaré para que me suministre unos cientos de miles de dong más”.
Hábil y creativo, Mai Lam Phuong fue también el primer agricultor de Ca Mau en cultivar con éxito la fruta del dragón en un ecosistema de mangle negro. Una próspera iniciativa, ya que los frutos producidos tienen un sabor exquisito, y su técnica fue copiada por muchos agricultores de la región.