Con el lema “Solidaridad, Igualdad, Sostenibilidad”, la Cumbre del G20 de este año reúne a los altos dirigentes de la mayoría de los países y organizaciones miembros del bloque, así como a representantes de varios Estados invitados. Sin embargo, Estados Unidos, la mayor economía del grupo, anunció que no asistirá a esta cita.
Prioridades para África
Al celebrarse por primera vez en África la Cumbre reviste un significado importante para el país anfitrión, Sudáfrica, y para todo el continente. Esto se refleja claramente en el tema de la conferencia y en su agenda propuesta por Sudáfrica, que se enfocará en promover la solidaridad internacional, ayudar a los países en vías de desarrollo a afrontar los impactos del cambio climático, acelerar la transición energética y, sobre todo, a reducir la carga de la deuda nacional.
En un informe publicado justo antes de la Cumbre del G20 en Johannesburgo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) afirmó que los países en desarrollo están actualmente agobiados por una deuda global de hasta 31 billones de dólares estadounidenses, el doble del nivel registrado en 2010.
En cuanto a la relación de deuda sobre el PIB, la tasa promedia de los países del África subsahariana es del 58,5%, inferior al de economías desarrolladas como Estados Unidos (125%) o Japón (230%), pero el nivel de pago per cápita de los países africanos supera el nivel de inversión en otras áreas esenciales.
Según datos de la ONU, entre 2021 y 2023 los gobiernos africanos gastaron un promedio de 70 dólares per cápita en pagos de intereses, superando el gasto en la educación (63 dólares) y en la salud (44 dólares). Por lo tanto, el alivio de la deuda, especialmente para los países africanos, será uno de los asuntos importantes de las deliberaciones en Johannesburgo.
De acuerdo con Elizabeth Sidiropoulos, directora ejecutiva del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales (SAIIA, en inglés), con Sudáfrica como anfitriona y la Unión Africana (UA) como miembro pleno del G20, África se encuentra en una posición privilegiada para impulsar debates sobre la reforma del sistema financiero global, así como sobre muchas otras prioridades africanas.
A su vez, Busisipho Syobi, investigadora de políticas públicas de Good Governance África, o Buena Gobernanza de África en español, con sede en Johannesburgo, afirmó que África posee recursos minerales de vital importancia para la transición energética global, pero no se ha beneficiado suficientemente de ellos. Por consiguiente, la Cumbre representa una oportunidad para cambiar esta situación. Syobi aclaró: “La cuestión es cómo garantizar que África se beneficie de estos minerales y cómo pueden utilizarse para abordar la actual crisis energética del continente. En la actualidad cerca de 600 millones de africanos viven sin electricidad. Por eso, debemos asegurar que la transición energética responda a los nuevos desafíos del continente”.
Como prueba de estas prioridades, la víspera Sudáfrica y la Unión Europea (UE) firmaron un acuerdo sobre minerales esenciales, en virtud del cual el primero proporcionará al bloque comunitario minerales importantes para la transición energética mediante el establecimiento de una cadena de minería, extracción y refinación en su territorio.
Redefiniendo el papel del G20
Además de las prioridades para África, la Cumbre del G20 de este año se centrará en abordar otros importantes desafíos que enfrenta el grupo, como mantener el papel central del multilateralismo en el contexto de la actual inestabilidad geopolítica.
La declaración del presidente estadounidense Donald Trump de no participar en la cita y la ausencia del líder chino, Xi Jinping, y de jefes de Estado de varios países como Argentina y México, reducirá las posibilidades de que el G20 emita una Declaración Conjunta para abordar temas como la financiación climática, el comercio mundial, o el alivio de la deuda para los países en desarrollo.
Sin embargo, los observadores señalan que las divisiones dentro del G20, debido a la competencia geopolítica y las discrepancias comerciales, se han manifestado desde antes de la Cumbre, por lo que el Grupo necesita analizar los desafíos actuales para establecer una hoja de ruta estratégica para la próxima etapa, en lugar de intentar resolver desacuerdos temporales.
La directora ejecutiva del SAIIA, Elizabeth Sidiropoulos, comentó: “El principal desafío del G20 de cara al futuro es cómo reorientar sus esfuerzos para que sirva como una plataforma eficaz para impulsar reformas y promover políticas que respondan a los principales problemas que enfrenta el mundo”.
Los analistas afirman que, si bien el cambio de política de la administración estadounidense ha dejado impactos significativos a la dirección del G20, los miembros restantes aún tienen la fuerza suficiente para promover las prioridades tradicionales del grupo: el multilateralismo y el libre comercio.
En un informe publicado el 13 de noviembre pasado la Organización Mundial del Comercio (OMC) señaló que las importaciones de las economías del G20 se cuadruplicaron entre mediados de octubre de 2024 y mediados de octubre de este año, debido a que las políticas arancelarias impuestas por Estados Unidos impulsaron a otros países a implementar medidas de flexibilización comercial.
La OMC indicó que esto refleja el deseo de la mayoría de los países de reducir los costos comerciales, a pesar del auge del proteccionismo. Además, el aumento de la demanda de productos relacionados con la inteligencia artificial (IA) también ayuda a las economías líderes en tecnología del G20 a desempeñar un papel más importante en los flujos comerciales globales.