En el año 2000 la Organización de Naciones Unidas instituyó oficialmente el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante, para extender los mensajes de la “Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares”, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1990.
Un sombrío panorama migratorio
En el Informe sobre las Migraciones Mundiales 2024, publicado en julio pasado, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló que en 2020 el mundo registró unos 281 millones de migrantes, es decir, personas que viven en tierras distintas a sus países natales.
Esta cifra supone 128 millones más que en 1990 y el triple de la cifra de 1970, lo cual demuestra que la migración sigue siendo una tendencia importante en los movimientos poblacionales a nivel mundial, a pesar de que en 2020 el número de personas desplazadas sólo representaba alrededor de un 3,6% de la población mundial.
Según la OIM, siendo un fenómeno natural acorde a las necesidades socioeconómicas de los países y comunidades, la migración es una fuerza impulsora importante para el desarrollo económico sostenible de muchos países. No obstante, en el actual contexto de inestabilidades y conflictos generalizados en muchas regiones del mundo, son un rompecabezas la migración forzada, la migración ilegal y el número de migrantes muertos.
Los grandes conflictos en Sudán, la Franja de Gaza y Ucrania, la prolongada inestabilidad política en Oriente Medio y el Norte de África, y la crisis económica en América del Sur, están creando las mayores oleadas de migración a las que el mundo tuvo que enfrentarse desde el flujo de refugiados sirios en 2015.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, destacó: “Hoy en día alrededor de 123 millones de personas en el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Huyen de la violencia, las ejecuciones y los conflictos devastadores, como los que se viven en el Líbano o en Gaza, donde aún no se ha materializado el esperado alto el fuego”.
La migración forzada, a menudo realizada a través de rutas ilegales, pone en riesgo la seguridad e incluso la vida de los migrantes y refugiados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el año pasado el número de personas que murieron en las rutas migratorias sumó un récord de más de 8.500. Las principales rutas migratorias, como del norte de África a Europa a través del mar Mediterráneo, desde Francia hasta Inglaterra a través del Canal de la Mancha, o la selva del Darién, que conecta a Panamá y Colombia en Centroamérica, han registrado el mayor saldo de víctimas entre migrantes en muchos años.
Últimamente han surgido algunas señales positivas sobre la situación migratoria global, especialmente en Siria, un punto crítico de la migración y los refugiados durante la última década. Después que las fuerzas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) derrocaran al gobierno de Bashar Al-Assad y tomaran el poder, se espera que un gran número de refugiados sirios regresen a sus hogares.
Según estimó Rema Jamous Imseis, directora de la Agencia de la ONU para los Refugiados en Medio Oriente y África del Norte, alrededor de un millón de sirios regresarán a sus hogares en los primeros seis meses del 2025, lo que reducirá significativamente la presión sobre los países receptores, especialmente Turquía, que ha acogido a 3 millones de refugiados sirios desde 2011.
Reconocimiento a los aportes de los migrantes
En el mensaje emitido con motivo del Día Internacional del Migrante de este año, además de advertencias sobre el aumento de los problemas humanitarios relacionados con la migración global, especialmente el elevado número de víctimas mortales en las rutas migratorias, la OIM destaca las crecientes contribuciones económicas de las personas en movimiento a los países receptores.
Según datos de la entidad, las remesas que los migrantes aportan a sus países de origen y a sus familias se han multiplicado por siete en dos décadas, de 128 mil millones de dólares en 2000 a 831 mil millones en 2022. Esta cantidad constituye una importante fuente financiera, que contribuye en gran medida al desarrollo económico de muchos países, en particular India (111 mil millones de dólares), México (61 mil millones de dólares) y Filipinas (38 mil millones de dólares).
Por tal razón, la ONU eligió el tema del Día Internacional del Migrante de este año como “Celebrar las contribuciones y las oportunidades de la migración”. La directora general adjunta de Programas de Acción de la OIM, Ugochi Daniels, dijo lo siguiente: “En un mundo donde somos testigos de crisis interminables, la OIM cree firmemente que manejar la migración de manera inteligente es la base del desarrollo sostenible y la prosperidad para todos los países”.
Para proteger los derechos de los migrantes y ayudar a las naciones de destino a hacer el mejor uso de las contribuciones socioeconómicas de esas personas, la OIM anunció el Llamado Mundial 2025 para movilizar contribuciones financieras. De acuerdo con esta entidad, los recursos movilizados cumplirán el objetivo de implementar planes de acción en 170 países y territorios, ayudando al menos a 100 millones de migrantes en todo el mundo.
A mayor escala, el secretario general de la ONU, António Guterres, también pidió el 15 de diciembre que los Estados implementen plenamente sus compromisos en el Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular, adoptado por la máxima organización mundial hace 6 años. Según Guterres, el referido acuerdo ha proporcionado soluciones específicas para proteger las vidas y los derechos de los migrantes, al tiempo que construye un marco legal sólido para movilizar contribuciones efectivas de los migrantes al desarrollo socioeconómico de cada país y comunidad receptora.