La crisis migratoria sigue siendo uno de los mayores retos de la UE (Foto: AP)
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La crisis migratoria pareció encontrar alivio después que la UE estableciera un tratado con Turquía y construyera vallas a lo largo de las fronteras con los países balcánicos, además de un acuerdo bilateral entre Italia y Libia.
En realidad, el número de inmigrantes no es tanto como en los años 2015 y 2016, pero los Estados miembros del bloque comunitario están divididos en cuáles serán los encargados de recibir los nuevos barcos con inmigrantes, que actualmente son solo los países mediterráneos como Italia, Grecia y España.
Carencia de solidaridad
En un esfuerzo para limar asperezas, la Comisión Europea convocó este 24 de junio a una reunión de emergencia en la capital belga. Al principio solo participarían 8 naciones (Francia, Alemania, Italia, España, Austria, Bulgaria, Grecia y Malta), pero luego se sumaron Bélgica, Holanda, Suecia y otras cinco más. Los cuatro países del Grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) rechazaron asistir por no estar de acuerdo con los temas de conversación.
Aunque no hubo acuerdos de relevancia, los líderes de aquellas naciones expresaron su satisfacción con los resultados alcanzados. Pero en verdad, la reunión urgente fue un fracaso.
El presidente francés, Emmanuel Macron, criticó que algunos elementos están aprovechando la crisis migratoria para incitar tensiones políticas. Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, manifestó su deseo de poder firmar más acuerdos bilaterales con las naciones de origen de los refugiados.
La situación aún empeoró más cuando el barco de rescate MV Lifeline de bandera neerlandesa, con 230 inmigrantes rescatados en el Mediterráneo, a bordo quedó varado por días debido a que Italia y Malta le negaron acceder a puerto. El ministro de Infraestructura y Transporte de Italia, Danilo Toninelli, criticó la decisión de Malta y afirmó que era responsabilidad de esa nación recibir al buque. Sin embargo, La Valeta hizo valer su soberanía y afirmó que nada podía obligarla a hacer algo.
En medio de ese panorama, el presidente Macron anunció que Francia está a favor de las sanciones financieras a los países de la UE que rechazan a los inmigrantes con estatus de asilo aprobado, una acción que profundiza aún más la división entre los miembros del bloque comunitario. Por su parte, el viceprimer ministro italiano, Luigi Di Maio advirtió que París corría el riesgo de convertirse en su “enemigo número 1” en asuntos migratorios, y dijo que su nación “realmente enfrenta una emergencia migratoria y en parte se debe a que Francia sigue haciendo retroceder a la gente en la frontera”.
¿Cuáles serán los resultados de la próxima Cumbre?
La Cumbre de la UE a finales de esta semana se concentrará en las medidas destinadas a acelerar el proceso de llevar a los refugiados a los países responsables en el manejo de solicitudes de asilo. Según las informaciones, en el borrador de la Declaración Conjunta de esta cita, los líderes de la UE respaldarán la promoción de las capacidades de los centros de recepción y protección de los refugiados fuera de Europa, la aplicación de regulaciones financieras y comerciales sobre los países de partida o de tránsito de estas personas para frenar la migración y reforzar la colaboración de las fuerzas policiales marítimas de Libia, en aras de poner fin al tráfico humano ilegal.
Sin embargo, todavía es muy incierto que estas metas se aprueben o cumplan, a semejanza de lo ocurrido en la reunión de emergencia.