Ataques con misiles en Oriente Medio elevan el riesgo de que se extienda el conflicto en toda la región

Quang Dũng
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(VOVWORLD) - Una serie de ataques con misiles contra Siria, Líbano, Iraq y Yemen, y ataques aéreos mutuos entre Irán y Pakistán aumentan más que nunca las tensiones en Oriente Medio y el sur de Asia, y acrecientan el riesgo de nuevos frentes de conflicto.

El 20 de enero, Irán informó que al menos cuatro de sus principales asesores murieron en un ataque con misiles en la capital siria de Damasco. Teherán sospechaba que el atentado estaba relacionado con Israel y prometió que tomaría contramedidas.

Escalada de violencia

Pocas horas después del ataque aéreo en Damasco, se produjo un atentado con drones en la ciudad portuaria de Tiro, en el sur del Líbano, que mató a dos miembros de las fuerzas de milicia Hezbolá. El ejército israelí fue acusado de estar detrás de ambos ataques.

El 20 de enero, el Mando Central de los Estados Unidos (CENTCOM) acusó a las fuerzas armadas en Iraq, respaldadas por Irán, de atacar con cohetes la base aérea de Al-Asad, provocando que varios soldados estadounidenses resultaran heridos. Durante ese tiempo, en el Mar Rojo, las fuerzas de la coalición entre Estados Unidos y Reino Unido mantuvieron ataques aéreos contra los hutíes en Yemen y, en respuesta, los mismos dañaron al carguero de bandera griega Zografia el 16 de enero y atacaron continuamente a barcos militares de Estados Unidos y Reino Unido.

Estos acontecimientos pusieron el conflicto en la Franja de Gaza en riesgo de salirse de control. En el Foro Económico Mundial (FEM) que tuvo lugar en Davos (Suiza) la semana pasada, la crisis en Oriente Medio fue uno de los temas de discusión más intensos, cuando representantes de varios países árabes enviaron mensajes contundentes sobre la necesidad de que los países occidentales presionaran a Israel para que finalice pronto al conflicto en la Franja de Gaza, antes de que sea demasiado tarde. Según el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, Faisal Bin Farhan Al Saud, las tensiones en la región han alcanzado un nivel extremadamente peligroso y la clave para aliviarlas sigue estando en Gaza, no en el Mar Rojo.

“Necesitamos centrarnos en el conflicto en Gaza, no tanto en la cuestión del Mar Rojo, especialmente en sus impactos sobre el pueblo palestino y en la seguridad regional, así como en los riesgos de la escalada de conflictos que enfrentamos”, recalcó Al Saud.

Los continuos ataques recíprocos con misiles también hacen sombrías las perspectivas de establecer soluciones político-diplomáticas en la región. Especialmente, después de la declaración del 19 de enero del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de que su Gobierno se opone al establecimiento de un Estado palestino, el proceso de paz en Oriente Medio corre el riesgo de caer en un callejón sin salida. En Davos, los funcionarios saudíes afirmaron repetidamente que no habrá normalización de sus relaciones con Israel si el conflicto en Gaza no termina y no se implementa la solución de dos Estados. Mientras, la mayoría de los aliados occidentales de Israel tampoco apoyan la postura dura del país hebreo. Incluso, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, calificó la posición de Tel Aviv de "inaceptable", porque, según él, es una solución aprobada por la ONU y respaldada por la comunidad internacional.

Riesgo de abrir nuevos frentes de conflicto

Mientras el conflicto en Gaza comienza a extenderse a la región, la tensión entre Irán y Pakistán está empujando a todo el Medio Oriente y Asia del Sur a un mayor caos. El 16 de enero, el ejército iraní lanzó repentinamente un ataque con misiles y vehículos aéreos no tripulados contra varios objetivos en la provincia paquistaní de Baluchistán, con alegaciones de destruir al grupo rebelde anti iraní Jaish al-Adl oculto en Pakistán. En respuesta, Islamabad realizó el 18 de enero un ataque similar contra la provincia iraní de Sistán-Baluchistán, por la misma razón que Teherán, para destruir a los grupos separatistas hostiles al país.

Este incidente aumentó las tensiones y condujo a acciones militares recíprocas. Los observadores apuntan a "consecuencias extremadamente graves" si se intensifica el conflicto directo entre ambos países, porque Irán y Pakistán son potencias militares en la región y cuentan con grandes fuerzas armadas. Abdullah Khan, experto del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Seguridad de Pakistán, analizó: “Las primeras reacciones de Irán tras la respuesta de Pakistán mostraron que Teherán probablemente no llevará a cabo más operaciones dentro del territorio paquistaní, pero no podemos descartar nada. Aún podría suceder algo que intensifique las tensiones y extienda el conflicto. Ambos escenarios son posibles”.

Aun así, la mayoría de los expertos creen que en este momento tanto Teherán como Islamabad se enfrentan a muchos problemas internos, así como a una gran presión de seguridad desde el exterior, por lo que no será beneficioso para ambos el agravamiento de las confrontaciones. Según Suzanne Maloney, vicepresidenta del Instituto Brookings (Estados Unidos), la mayor preocupación para la seguridad regional sigue siendo los conflictos directamente relacionados con la guerra en Gaza, la escalada de tensiones en el Mar Rojo, así como el riesgo de que estalle un conflicto directo entre Israel y las fuerzas de Hezbolá en el Líbano.

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