Entre el 12 y el 17 de julio la Casa Blanca remitió notificaciones oficiales a más de 30 socios comerciales clave, entre ellos la Unión Europea (UE), Japón, República de Corea, México y Canadá, y anunció que se enviarán cartas similares a otras más de 150 países en los próximos días.
¿Qué opciones tiene la Unión Europea?
Según las misivas enviadas, Estados Unidos aplicará aranceles de un 30% a las importaciones de la UE y México, y del 35% a las de Canadá a partir del 1 de agosto, salvo que se alcance un nuevo acuerdo comercial antes de esa fecha.
Una pantalla muestra la imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Bolsa de Valores de Bombay (BSE), en Mumbai, India, el 2 de abril de 2025. (Foto: REUTERS/Francis Mascarenhas) |
Japón y Corea del Sur, ambos aliados estratégicos en Asia, enfrentarán tarifas de un 25%. Para el resto de los países, principalmente pequeñas naciones de África y el Caribe, Washington enviará notificaciones individuales con los aranceles, sin iniciar procesos de negociación.
Estas medidas plantean un serio desafío para quienes buscan evitar una guerra comercial con la mayor economía del mundo. En el caso de la UE, el nuevo arancel del 30% supera ampliamente el 20% anunciado en abril. Según el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, este incremento “equivale, en la práctica, a desmantelar el comercio entre ambas partes”.
Por ahora, Bruselas opta por el diálogo y aplaza hasta después del 1 de agosto la aplicación de sus represalias arancelarias sobre el acero y el aluminio de Estados Unidos, previstas inicialmente para el 14 de julio.
Sin embargo, como ocurrió durante la tregua de 90 días ofrecida por Washington, el gran desafío para la UE sigue siendo definir si mantiene una postura firme, o apuesta por una vía más conciliadora en esta fase final de las negociaciones.
Según Jacob Funk Kirkegaard, investigador del instituto Bruegel, en Bruselas, la UE debe adoptar una postura mucho más contundente. Por su parte, Cyrus de la Rubia, economista jefe del Banco Comercial de Hamburgo, afirmó: “Si se analiza únicamente desde una perspectiva comercial, respaldo una postura firme, ya que, en mi opinión, Estados Unidos podría verse más perjudicado que la Unión Europea si Bruselas decide imponer aranceles de represalia”.
No obstante, algunos economistas consideran que las sucesivas postergaciones en la aplicación de aranceles indican que Trump aún busca un acuerdo con la UE.
Según Carsten Brzeski, economista jefe del banco ING (Países Bajos), Bruselas podría proponer aumentar la compra de productos estadounidenses como soja, gas natural licuado y, especialmente, armamento, coincidiendo con el aumento del gasto europeo en defensa.
Impacto de las tensiones geopolíticas
En su declaración del 17 de julio el Presidente de Estados Unidos expresó su confianza en lograr acuerdos comerciales con varios socios clave en los próximos días, entre ellos la India, la cuarta mayor economía del mundo y el país más poblado del planeta. Sin embargo, las crecientes tensiones geopolíticas amenazan con entorpecer unas negociaciones ya de por sí complejas.
Previamente, Trump dio a Rusia un plazo de 50 días para poner fin al conflicto en Ucrania, advirtiendo que, de no lograrse una solución, impondrá duras sanciones tanto a Moscú como a sus principales aliados económicos.
Analistas señalan que China y la India, dos de los socios más importantes de Rusia, podrían verse directamente afectadas si Estados Unidos cumple su amenaza de aplicar aranceles del 100%, lo que pondría en riesgo los avances recientes con Nueva Delhi e incluso el acuerdo ya alcanzado con Beijing.
En el caso de Brasil, otra de las grandes economías emergentes, la amenaza de imponer aranceles del 50% por parte de Trump también parece estar impulsada más por razones geopolíticas que comerciales.
Jochen Stanzl, jefe de análisis de mercados de la firma financiera CMC Markets (Reino Unido), advirtió: “La mayor dificultad en este momento es, sin duda, la incertidumbre. Creo que, en cierta medida, debemos aceptar las condiciones actuales, aunque no sean del todo favorables. Lo esencial es contar con una planificación clara y previsible, y disponer de un entorno estable y predecible es más importante que nunca. Por supuesto, todos aspiramos a que los aranceles sean lo más bajos posible, pero eso dependerá del rumbo que tomen las negociaciones”.
A pocos días del 1 de agosto todavía no está claro si los principales conflictos comerciales podrán resolverse a tiempo. Dadas las circunstancias actuales, persiste un alto grado de incertidumbre y todo apunta a que las tensiones seguirán marcando la agenda internacional en el corto plazo.