 Las tinajas de aguardiente se presentan en los rituales tradicionales y muchas actividades de la comunidad Ede |
Desde tiempos remotos, para las comunidades étnicas de Tay Nguyen en general y los Ede en particular, las tinajas de aguardiente son mucho más que un simple recipiente. Las consideran un bien valioso que se hereda de generación a generación, pero también son dotes de boda, objetos de recompensa y regalos para amigos y parientes.
En cada vivienda de los Ede, un tipo de casa larga hecha de madera y bambú, estas tinajas de aguardiente son colocadas al lado del horno tradicional junto a las ollas y cazuelas de bronce, así como los gongs y batintines como adornos relevantes.
Si los gongs y batintines son los bienes más valiosos y sagrados de cada hogar y toda la comunidad, las vasijas de aguardiente representan el poder y la prosperidad de un linaje concreto.
Al respecto, H’Be, una guía del Museo de Dak Lak, en la provincia homónima, amplió: “Hubo tinajas cuyo valor equivalía de siete a diez búfalos. Antes, si uno quería saber si una familia era rica o pobre, se apoyaba en el número de gongs y vasijas de aguardiente que poseía, además de la cuantía de su rebaño bovino”.
 Una vasija grande de los Ede en una exposición (Foto: VNA) |
La familia de Y Bhiao Mlo, residente en el pueblo de Buon Ho, dispone de preciosas tinajas de diferentes tamaños, algunas usadas para la fermentación alcohólica y otras para sostener tambores.
Según este hombre, varias de estas fueron legadas por sus antepasados, y las demás las compró en distintas aldeas, a precios que varían de cientos de miles de dongs a millones. Debido a la disminución de los rituales tradicionales y a la expansión de los negocios de antigüedades, cada vez es más difícil conseguir las tinajas de alto valor, dijo. “En mi casa hay 20 vasijas en total, de cuatro tipos diferentes. Muchas las tuve que comprar de familias radicadas en otras aldeas y las más valiosas las adquirí hace poco. La mayoría de las que tenía mi familia se perdieron en un incendio en 1973. Ahora es difícil comprar vasijas antiguas, ya que no quedan muchas en la comunidad. Estoy dispuesto a conseguir más para preservar los patrimonios culturales de mi pueblo a las generaciones posteriores, también mediante su uso en las ceremonias tradicionales”.
En la comunidad Ede hay cuatro tipos de tinajas llamadas Tuk, Tang, Ba y Bo. Según la filosofía de este pueblo aborigen, las más antiguas son también las más valiosas y sagradas. Cree que en estas mora alguna fuerza sobrenatural. Por tal razón, son imprescindibles en todas las solemnidades, desde la celebración de la nueva cosecha y la ceremonia para pedir buena salud, hasta los actos de dar la bienvenida a un ser y despedirlo en el fin de su vida.
Las vasijas de cerámica de los Ede son también las primeras ofrendas a Yang (Dios). Antes de comprar o vender una, siempre tienen que realizar un solemne acto, al igual que para entrarla a casa. Mediante estas ceremonias, el dueño quiere compartir con parientes y vecinos la alegría de tenerla. A partir de ese momento, considerará a la nueva tinaja como otro miembro de su familia.
En los rituales en homenaje a las deidades y los festejos aldeanos, la exposición de una gran cantidad de tinajas de aguardiente expresa la hospitalidad de su propietario o de la aldea. Para los Ede, estos objetos tienen alma y son medios de intercambio y conexión entre las familias, los linajes y las personas de una comunidad.