El ritual en honor al jarrón de Ruou Can de los Ede |
En un día de la estación seca en que los habitantes de la aldea de Tai en el distrito de M´Drak descansan después de las faenas agrícolas, la familia de Y Wut Mlo y H´Yuoh Nie rinde ofrendas a las deidades para informarles que habían comprado nuevos “Che”.
Un animado ambiente reina en su casa. Algunos preparan comidas mientras otros decoran la vivienda con el árbol “Neu” (un tipo de bambú) e instrumentos musicales tradicionales como batintines. Todos se muestran alegres por un año de mucha suerte y salud. La compra de nuevos envases de aguardiente lo evidenció. El dueño de la casa, Y Wut Mlo, compartió: “Para nosotros, cada objeto tiene alma. Celebramos ‘Le cung che’ con la esperanza de que su alma se una más a la familia. Deseamos también preservar una costumbre tradicional que va siendo ignorada en mi comunidad y divulgarla a los descendientes.”
El “Che” es respetado por los Ede como un miembro de la familia, porque contiene “Ruou Can”, aguardiente imprescindible en las ceremonias ancestrales y que expresa la cultura de comunicación de los autóctonos al ofrecerse como una bebida especial de bienvenida a los huéspedes y un obsequio en los acontecimientos importantes.
El chamán de la aldea revisa las ofrendas |
“Le cung che” recuerda también a los miembros de la familia convivir con amor y tolerancia. Cada ceremonia requiere cerdo, recipientes de aguardiente, collares, bandeja y vasos de bronce, y especialmente el árbol “Xoan” (Lila persa) para contactar con las divinidades.
El sonido de batintines suena cuando el chamán inicia el ritual. Pide a las deidades de la naturaleza y los antepasados bendecir a los propietarios de los “Che”. Lee un discurso de bendición colgando collares en estos objetos para embellecerlos y esperar que se familiaricen con sus propietarios. La preservación de esta fiesta es de suma importancia porque corre peligro de extinción. Y Bon Mlo, residente en la aldea de Tai, distrito de M Drak, quien asiste por primera vez a este acto, dijo: “Observo muy atentamente los preparativos y la organización de la ceremonia, desde la decoración de las ofrendas hasta el discurso de bendición, con el deseo de conservar y transmitir los valores preciosos de este legado a las posteriores generaciones.”
Al finalizar el ritual, se tocan batintines para dar gracias a los parientes, vecinos y otros invitados. Luego, toda la gente se reúne alrededor de los “Che” para beber, disfrutar y felicitar a los propietarios de este objeto sagrado.