Mujeres del grupo étnico Dao Rojo en Yen Bai.

Para los Dao Rojo en la provincia norteña de Yen Bai, el 1 de marzo del calendario lunar es un día importante en el que realizan un ritual especial para venerar al dios del Trueno. Este, según su filosofía, es el encargado de regir y proteger el mundo de los hombres, aunque duerme durante toda la estación seca y solo se levanta a la llegada de las lluvias. A las personas bondadosas el Trueno las bendice y concede fortuna y suerte, pero a las malas las castiga.

En la mencionada fecha, los Dao Rojo aplazan las actividades productivas para expresar respeto a la deidad del Trueno. Trieu Thi Nai, residente en la aldea 3 Van, de la comuna de Phuc Loi, distrito de Luc Yen, explicó: “En esa fecha nadie de mi familia va al trabajo. Las mujeres nos reunimos en casa o con nuestras vecinas para hacer bordados o confeccionar ropa. Debemos evitar hacer grandes ruidos”.

En los campos y bosques desiertos solo se escuchan sus sonidos naturales porque este no es un tiempo adecuado para eliminar hierbas, labrar la tierra, talar árboles o cortar leña. En casa, todos tratan de hablar en voz baja y evitan a toda costa cualquier ruido que despierte el mal humor y la furia del Trueno, so pena de que las descargue sobre la población.

En general, los aldeanos se dedican a faenas domésticas, el cuidado de los niños o las visitas a parientes y amigos.

Este año, el 1 de marzo lunar cobró un mayor significado por coincidir con el tradicional festejo de Thanh Minh, ocasión en que la gente prepara ofrendas a los antepasados y limpia las tumbas para manifestarles su agradecimiento.  

Últimamente, las inclemencias del clima y su dañino efecto sobre la producción agrícola, así como el creciente número de casos de muertes a causa de rayos, hacen que los Dao presten cada vez más atención a esta práctica.

Trieu Thi Tiep, radicada en la aldea 2, de la comuna de Phuc Loi, distrito de Luc Yen, dijo: “Desde tiempos remotos, los Dao mantenemos ciertas prohibiciones en respeto a la deidad del Trueno. Esta práctica es muy importante para nosotros, puesto que queremos ver a los nuestros con salud y suerte, la bonanza de los cultivos y la prosperidad de toda la comunidad”.

En la actualidad, la etnia Dao sigue creyendo que los genios protectores de su pueblo permanecen en los bosques, las cataratas, las montañas y los riachuelos, así como en el corazón de cada aldeano, para continuar protegiéndolos y cuidándolos.