(VOVworld) - Era una tarde de domingo cuando los bailarines del Teatro Juvenil de Vietnam seguían concentrándose en los ejercicios en la escena. A diferente de otros días, estos miembros del Grupo del canto y baile practicaban con mayor entusiasmo con la esperanza de que después de finalizar los ejercicios, asimilen más técnicas de dos coreógrafos de danza contemporánea de España, Álvaro Esteban y Elías Aguirre del Grupo AE&EA, de escala en Vietnam en su primera gira por Asia.

A las 2 de la tarde, dos coreógrafos españoles y unos 20 bailarines vietnamitas se presentaron en el Teatro Juvenil de Vietnam en Hanoi, donde practicaban técnicas del dúo de la danza “Entomo”, compuesto por Álvaro Esteban y Elías Aguirre. Esta pieza ha dado gloria al Grupo AE&EA en diferentes concursos internacionales como los primeros premios en el Certamen Burgos-Nueva York y en el VII Certamen Iberoamericano de Coreografía Alicia Alonso en 2010, así como el Premio del Público y galardón del Conservatorio Superior de Danza en el Certamen Coreográfico de Madrid 2009. Según Álvaro Aguirre, la obra “Entomo” no conecta los seres humanos con los antiguos sino con los insectos o especies pequeños. ““Entomo” nace de la voluntad que teníamos que trabajar conjuntos. Sabíamos que disponíamos de una energía por llamar al animal común y nos apetecía probar que surgía una energía común y además de una obsesión que siempre estaba en la cabeza de Elías por la vida de los insectos, como se relacionan, como se mueven, como ocupan espacios. Entonces con esa idea, decidimos fijarnos en esa calidad de movimientos y la manera de relacionar en los insectos”.

Bajo una tenue iluminación y entre bastidores desnudos en el escenario, los artistas vietnamitas en vestido casual emprenden sus ejercicios compuestos por gestos ágiles y movimientos de insectos. Todos se juntan para formar un gran círculo y experimentar en conjunto técnicas de respiración y la sensación de los cambios del balance del cuerpo en cada paso. Según el coreógrafo español Elías Esteban, para dominar gestualidades tan flexibles y delicadas, se necesita bastante tiempo de práctica. “El trabajo que hacemos es muy personal. Yo entiendo que no es fácil que ellos lo capten rápidamente, pues a nosotros nos lleva mucho tiempo. Pero ahora sí, después de varias propuestas y darles algunas pautas, sí que  han ido cogiéndolo bien”.

Después de dos horas, los bailarines terminan el último de los ejercicios. Pese al agotamiento, Nguyễn Trung Thạch, un joven artista vietnamita que se caracteriza como animales, se mantiene sonriente. “Este taller me ayuda a tener un dominio más profundo sobre los movimientos del cuerpo, la naturaleza y los animales a nuestro alrededor. Hubo movimientos que olvidé pero de repente volvieron a la memoria al terminar los ejercicios de hoy”.

Aunque este es un taller artístico, constituye un espectáculo. Frente a la escena, Diego González del Instituto de Cervantes en Vietnam se concentra en cada movimiento que ejecutan los bailarines españoles y vietnamitas y parece olvidarse del tiempo. Como español, nunca había presenciado la actuación del Grupo AE&EA y esta vez, cumple su sueño gracias a este intercambio artístico. “Para mí, este taller es muy diferente, yo no me dedico al baile ni conozco nada del mismo. Cuando ves cosas totalmente opuestas a lo que haces, siempre resulta muy interesante”.

Son las 4 de la tarde y el taller termina. A pesar de la fatiga, todo el mundo se siente feliz. Dos coreógrafos españoles, han logrado propagar una atractiva manifestación de la cultura contemporánea de su país en gira por Asia, mientras que para los artistas vietnamitas, el taller, significó una nueva fuente de inspiración.