El corazón de Fidel por Vietnam (parte final)

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(VOVWORLD) - Se puede decir que ningún otro país ha tenido acciones tan concretas, diversas, dinámicas, prácticas, contundentes y constantes para expresar la solidaridad y el respaldo a la justa lucha por la independencia de Vietnam como Cuba. Los sentimientos que la isla caribeña dedica a la nación asiática son únicos en la historia y representan un hermoso ejemplo de las relaciones internacionales que deben promoverse.

Artículo del ex vicecanciller de Vietnam Nguyen Dinh Bin

 

Parte final: Solidaridad Vietnam-Cuba, un hermoso ejemplo en las relaciones internacionales modernas

Fidel condenó enérgicamente a los invasores de Vietnam

Como advirtió Fidel Castro, el 17 de febrero de 1979, China atacó las provincias fronterizas del norte de Vietnam, causando terribles crímenes. Inmediatamente después, una serie de manifestaciones y protestas estallaron en toda Cuba, condenando enérgicamente aquella bárbara invasión y afirmaron su apoyo a la defensa del país indochino. Cuatro días después, el 21 de febrero, un mitin de escala nacional se efectuó en la isla. Según lo programado, el miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y secretario del Comité Partidista de La Habana, Jaim Crombet, sería el único orador. Sin embargo, después del discurso de Crombet, el Comandante en Jefe Fidel Castro tomó la palabra.

En esa ocasión, el líder revolucionario dijo: “Uno de los actos más repugnantes, más cobardes, más miserables de los que podamos haber sido testigos jamás -y será difícil que haya algún otro que lo supere- es esta agresión a Viet Nam. (…) Este plan se venía gestando hacía mucho tiempo. Ha quedado demostrado ahora por qué aquellos juegos de ping pong entre los chinos y los norteamericanos, aquellos viajes de Kissinger a Pekín, aquellos viajes de Nixon mientras se intensificaba la agresión imperialista a Viet Nam. Era todo un plan, era toda una maniobra. Los chinos realmente no estaban interesados en un Viet Nam independiente, en un Viet Nam unido y revolucionario. No les interesaba para nada. (…)

Cuando todavía el sur no había sido liberado pero ya se habían ido los yankis atacaron y ocuparon islas que pertenecen a Viet Nam. Pero después se dedicaron a trabajar en Kampuchea con el pretexto de la ayuda a la revolución kampucheana. (…) Pues en nombre de la revolución, en nombre del socialismo, establecieron uno de los regímenes más monstruosos que se ha conocido en los últimos tiempos: desalojaron las ciudades a punta de bayonetas. (…) Era una política de exterminio por un lado, de cerco a Viet Nam por otro lado; azuzaron a los fascistas kampucheanos a llevar a cabo agresiones contra Viet Nam. (…) Sin embargo, apenas se produce el derrocamiento de aquel régimen genocida, inician una campaña mundial violenta contra Viet Nam, por la solidaridad de Viet Nam con el movimiento revolucionario kampucheano, en un intento de presentar a Viet Nam ante la opinión internacional como país agresor, como país que violaba la independencia de otro pueblo. (…)

En esa situación se produce la visita de Deng Xiaoping a Estados Unidos, y allí declaró, el muy supercínico, que había que castigar a Viet Nam y a Cuba. (…) Al otro día del regreso de Deng Xiaoping se reunió con la Comisión Militar del Partido Comunista chino, que dirige él; estuvo tres o cuatro días reunido con ellos, y fue ahí donde se decidió enviar aceleradamente grandes refuerzos de tropas a las fronteras con Viet Nam, y atacar a Viet Nam. (…)

Es necesario que las fuerzas progresistas, que los pueblos del mundo se movilicen para frenar esta aventura, para frenar este peligro, para frenar esta locura, puesto que el mundo entero puede verse implicado en esta situación. (…) Porque ningún hombre amante de la paz, ningún hombre progresista, ningún hombre revolucionario, o que se considere revolucionario en el mundo, puede dejar de condenar en la forma más enérgica y categórica esta criminal aventura del gobierno chino.” 

Cuba, el pueblo más feliz del mundo por la victoria final de Vietnam 

Cuando regresó a Vietnam, Fidel Castro, en la recepción en su honor efectuada el 10 de diciembre de 1995 en el Palacio de la Reunificación en Ciudad Ho Chi Minh, evocó las profundas impresiones durante su primera visita al país indochino, en septiembre de 1973, y expresó: “Cuando meses después se iniciaron los últimos combates y el mundo recibió la noticia de la liberación de esta ciudad —que se llamaba Saigón, y desde entonces se llamó para siempre Ho Chi Minh—, el mundo celebró aquella victoria como uno de los más grandes acontecimientos de la historia moderna. Realmente los cubanos nos sentimos el pueblo más feliz de la tierra. (…) Un día se cumplieron aquellos sueños de Ho Chi Minh, cuando dijo que nada había más precioso que la independencia y la libertad, y que después de la guerra construirían un Viet Nam cien veces más hermoso.”

El corazón de Fidel por Vietnam (parte final) - ảnh 1 "Realmente los cubanos nos sentimos el pueblo más feliz de la tierra", dijo Fidel al celebrar la victoria de Vietnam (Foto: VNA)

También agregó: “Hace unos minutos, cuando anunciaban este acto, mencionaron los nombres de muchas personas que escribieron páginas heroicas en la historia. Para nosotros fue un motivo de infinita satisfacción escuchar esos nombres, porque simbolizan el heroísmo que realizó este pueblo durante decenas de años y que tanta sangre derramó cuando otros hacían negocio con la sangre de Viet Nam, cuando otros mejoraban su economía a costa de la sangre de Viet Nam, cuando otros progresaban a costa de Viet Nam, a quien creían derrotado, a quien creían destruido. Hoy muchos de esos pueblos reconocen a Viet Nam, admiran a Viet Nam, hacen la paz con Viet Nam y cooperan con Viet Nam; pero sí la sangre noble vietnamita se convirtió en oro y en dinero para muchos.

Hoy Viet Nam crece más que ningún otro pueblo de la región. Hoy la sangre noble y generosa de los vietnamitas se está convirtiendo en bienestar, en prosperidad y en felicidad para su pueblo. Quiero abrazar de todo corazón a tantos héroes aquí presentes, a tantos héroes aquí mencionados, desde los que lanzaron bombas contra este edificio, o los que guardaron prisión durante muchos años, hasta los familiares y las viudas de los mártires que cayeron.”

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Fidel respetaba y confiaba en la dirigencia de Vietnam 

En su tercera y última visita a Vietnam, Fidel Castro también pronunció un discurso en el recibimiento oficial en su honor, el 22 de febrero de 2003 en el Centro de Conferencias Internacionales-II  Le Hong Phong, en Hanói. Después de evocar sus anteriores viajes al país indochino, el Comandante en Jefe de Cuba manifestó: “Y he vuelto ahora a un Viet Nam que muestra con orgullo los frutos de ese ingente esfuerzo de reconstrucción.  Han transcurrido apenas pocas horas desde nuestra llegada, pero ya puedo decir que nos sentimos hondamente impresionados por lo que hemos podido apreciar. Es admirable lo que ustedes han logrado en relativamente pocos años, a partir de un país devastado por la guerra.  Pueden existir tal vez dificultades,  siempre las habrá; pero esas dificultades nunca serán superiores a la voluntad, el tesón, el espíritu de trabajo y sacrificio de este asombroso pueblo. (…) La historia de Viet Nam demuestra que cuando un pueblo está decidido a defender su vida, su identidad y su futuro al precio que sea necesario, no hay superpotencia que pueda contra él. Ese es el ejemplo insuperable que Viet Nam ha dado al mundo.” 

Especiales sentimientos de Fidel Castro hacia Ho Chi Minh

“Ustedes agradecen siempre la solidaridad que Cuba y su pueblo mostraron con la lucha heroica del pueblo de Viet Nam.  Somos nosotros, queridos compañeros, quienes debemos dar las gracias a Viet Nam por la proeza que significó vencer a aquel enemigo poderoso, por el servicio que con aquella victoria brindaron a todos los oprimidos y explotados del mundo, a todos los que aspiran a un mundo más justo y humano, más equitativo y pacífico”, dijo Fidel.

El gran amor de Fidel a Vietnam no solo se refleja en sus casi 100 discursos públicos, sino también en lo que manifestó en los encuentros con los dirigentes vietnamitas.

Debemos mencionar ante todos sus sentimientos especiales hacia el presidente Ho Chi Minh. Aunque nunca se conocieron personalmente, existen similitudes entre estos dos grandes hombres en ideología, voluntad, tesón, determinación, personalidad y sentimientos.

El corazón de Fidel por Vietnam (parte final) - ảnh 3 Fidel visita la casita del presidente Ho Chi Minh en Hanói en su primera estancia en Vietnam en 1973 (Foto: Prensa Latina)

Muchas veces el líder cubano expresó el amor, el respeto y la admiración hacia el presidente Ho Chi Minh. Mandó a enviados llevarle a Ho Chi Minh regalos especiales de Cuba, como ranas toros vivas y dispositivos más modernos y materias primas importados por La Habana para fabricar helados... Nunca puedo olvidar la presencia del Comandante en Jefe de Cuba en la Embajada de Vietnam en La Habana justo después del fallecimiento del Tío Ho, así como las expresiones de dolor y tristeza plasmados en su rostro.

Entonces, se quedó por un largo tiempo para hablar con los funcionarios diplomáticos vietnamitas sobre el presidente Ho Chi Minh. Mostró su extrema pena por no haberse encontrado cara a cara con el Tío Ho. Luego, envió a Hanói a dos de los cinco máximos dirigentes de su Administración y también sus amigos y camaradas más cercanos, los Comandantes de la Revolución Juan Almeida Bosque y Ramiro Valdés Menéndez, para asistir a los funerales del gran líder vietnamita.

En su primera visita a Vietnam, exaltó la moralidad, la sabiduría y la gran contribución del Tío Ho a la Revolución de Vietnam y a la causa de la liberación de los pueblos en el mundo. Con un tono bajo de voz dijo: “Solo nos llevamos un dolor, de no haber llegado a Viet Nam antes del 3 de septiembre de 1969, y no haber tenido el privilegio de conocer en vida al presidente Ho Chi Minh, que tanto admiramos, pero nos compensa el hecho de haber visto y haber conocido de cerca al pueblo vietnamita y ver reflejada en él su obra, sus enseñanzas, su trabajo, su educación, su ejemplo, su heroísmo, su modestia”.

El afecto de Fidel por los líderes vietnamitas

Soy un vietnamita privilegiado ya que tuve la suerte de conocer más cerca a Fidel. Durante casi cuatro décadas, desde 1965 como estudiante de primer año de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, hasta cuando me convertí en diplomático, asumí el papel de intérprete en reuniones de Fidel con embajadores nacionales en Cuba, líderes vietnamitas y también laosianos y delegaciones nacionales que visitaron el país caribeño, y especialmente durante su primera estancia en Vietnam en septiembre de 1973. Además fui testigo de muchos eventos históricos de nuestro país, así como en las relaciones entre las dos naciones.

El corazón de Fidel por Vietnam (parte final) - ảnh 4Fidel destinaba a los dirigentes vietnamitas mucho respero y afecto  

Debido a eso, tuve la oportunidad de conocer expresiones de sus sentimientos especiales y su apoyo absoluto a la justa lucha de nuestro pueblo, al Tío Ho y a otros dirigentes de Vietnam, así como de percibir su profundo conocimiento sobre la historia, la cultura y la gente de nuestra nación. Todavía tengo grabada en mi mente la cálida bienvenida de Fidel al primer ministro Pham Van Dong en la visita de este a Cuba en marzo de 1974. Organizó un gran acto con la participación de más de trescientas mil personas en la Plaza de la Revolución José Martí para darle la bienvenida y escuchar el discurso del dirigente vietnamita. Luego, personalmente le llevó  a distintos lugares en medio de la cálida bienvenida de las masas.

Para mí, fueron particularmente conmovedores los momentos cuando Fidel abrazó calurosamente al primer ministro Pham Van Dong a pie de la escalera de avión a la llegada de este y cuando se despidió del líder vietnamita antes de su viaje de regreso. Nunca olvidaré la bienvenida especial que Fidel le dio al general Vo Nguyen Giap durante su visita oficial a la isla donde asistió al primer Congreso del Partido Comunista de Cuba efectuado a finales de 1975 y a inicios de 1976, así como la intimidad que solo podía ocurrir entre estos dos comandantes experimentados, dos legendarios héroes y hermanos entrañables. Y pocos días antes de su muerte, Fidel recibió al presidente vietnamita, Tran Dai Quang, el último líder extranjero con el que se reunió.

Hasta ahora tengo grabada en mi mente la imagen de Fidel cuando se dirigió a la Embajada de Vietnam para felicitar poco después de divulgarse la noticia sobre la liberación total de Sur, la tarde del 30 de abril de 1975. Fidel abrazó calurosamente al embajador Ha Van Lau y a todo el personal de la misión diplomática vietnamita. Expresó su alegría especial y confirmó que no fue la gran victoria del pueblo de Vietnam solo sino también del pueblo cubano y del resto del mundo. Pidió abrir una botella de ron especial que había sido guardado 70 años para celebrar el histórico evento.

El corazón de Fidel por Vietnam (parte final) - ảnh 5 Fidel y el ex vicecanciller de Vietnam Nguyen Dinh Binh

La marcha del 1 de mayo de 1975, dirigida por Fidel en la Plaza de la Revolución José Martí, se transformó en un desfile gigante para celebrar la victoria de Vietnam. Y Fidel asistió desde el principio de la recepción efectuada por las dos Embajadas en respectivos países, compartiendo alegremente con la victoria de los hermanos vietnamitas y se quedó hasta el último minuto del acto.

Es único el afecto de Cuba por Vietnam

Según la orientación de Fidel, Cuba siempre ha sido el país pionero y más relevante en los movimientos mundiales de apoyo a Vietnam en su lucha contra los agresores extranjeros. Se puede afirmar que ningún país ha expresado la solidaridad combativa y el pleno respaldo a la causa revolucionaria de Vietnam mediante acciones tan concretas, diversas, continua y cada vez más fuertes como Cuba, desde el nivel central hasta las bases en todo el territorio nacional.   

Solo menciono algunos ejemplos de ello. Cuba es el primer país en establecer un Comité de Solidaridad con Vietnam liderado por Melba Hernández, heroína del Moncada y ex compañera de combate de Fidel. Fue también el primero en reconocer al Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, y permitió que este estableciera una oficina de representación en La Habana con estatus diplomático, proporcionándole todas las facilidades para sus operaciones (sede, vehículos, recursos financieros y personal).

Además fue el primera y única nación en enviar a un embajador a presentar sus cartas credenciales y a periodistas a las zonas recién liberadas del sur. Durante muchos años, la mayor de la Antillas suministró anualmente 10.000 toneladas de azúcar y cubrió los gastos de numerosas visitas de delegaciones vietnamitas y reuniones del país indochino con jóvenes y estudiantes antibélicos de Estados Unidos.... Además, destinó ondas radiales y apoyó a un grupo de expertos de la Radio la Voz de Vietnam para transmitir diariamente emisiones dirigidas a Estados Unidos y al Hemisferio Occidental. Después de firmado el Acuerdo de París de 1973 sobre el restablecimiento de la paz en Vietnam, La Habana también financió a un equipo técnico vietnamita que fue a Cuba para aprender de la experiencia cubana en aras de tomar el control de la Estación de Televisión de Saigón.

En 1972, Cuba envió un equipo médico para ayudar a nuestro país, mientras que dos barcos cubanos, El Jigue e Imias, que portaron productos de asistencia, bombas y minas atracaron en el puerto de Hai Phong a pesar de los bombardeos de Estados Unidos. Más de mil ingenieros, técnicos y trabajadores cubanos con equipos, maquinarias y materiales necesarios se unieron a los trabajadores vietnamitas para construir cinco obras donadas por Fidel a Vietnam.

Cuba nos brindó tal ayuda generosa y desinteresada mientras que enfrentó muchas dificultades económicas y debió pedir asistencia extranjera. Es imposible hacer estadísticas sobre las actividades de solidaridad con Vietnam organizadas en Cuba desde el nivel central hasta las bases, ni contar a cuántas calles, escuelas, fábricas, parques, barrios y establecimientos en la isla se le pusieron nombres vietnamitas.

Cabe destacar que la solidaridad fraternal y el apoyo absoluto de Fidel y del pueblo cubano a Vietnam son únicos en la historia, y este modelo ejemplar debe construirse en las relaciones internacionales modernas.

FIN 

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