En una extensión de 25 hectáreas en los caseríos de Cuong y My Hao, comuna de Thinh Duc, esta aldea ecológica de casas sobre pilotes alberga a más de 200 personas, distribuidas en 30 familias multigeneracionales. La mayoría pertenece a la etnia Tay, aunque también conviven miembros de los grupos Nung, Cao Lan, San Chi y Kinh.

El origen de Thai Hai se remonta a comienzos del siglo XXI, cuando Nguyen Thi Thanh Hai, una mujer de la etnia Tay, tomó una decisión sin precedentes: hipotecar todos sus bienes para comprar 30 antiguas casas sobre pilotes y trasladarlas desde Dinh Hoa, antigua Zona Segura durante la resistencia vietnamita, hasta una colina desierta en My Hao. Durante siete años, los lugareños recorrieron 60 kilómetros de escarpados caminos para transportar a hombros cada pilar, viga y teja.

Al respecto, Le Thi Nga, actual subjefa de la aldea de Thai Hai, dijo: “Thanh Hai compró y forestó este terreno. Las casas sobre pilotes que adquirió más tarde fueron reinstauradas aquí con el objetivo de conservar la cultura de su etnia Tay”, explicó Le Thi Nga, actual subjefa de la aldea”.

En 2003 culminó el reensamblaje de las viviendas, reconstruidas según el principio del yin y yang: techos de hoja de palma, sólidas estructuras de madera y armonía con el entorno. Desde entonces, el poblado ha prosperado gracias a la agricultura y la cooperación comunitaria. Hoy, Thai Hai es un ejemplo notable de transformación: de tierra agreste a destino turístico de renombre internacional.

El desarrollo turístico en Thai Hai camina de la mano de la preservación cultural. Los elementos tangibles como los palafitos, los molinos de arroz, la trituradora hidráulica, el pozo comunal, se complementan con un rico patrimonio intangible que se transmite de generación en generación. Los niños aprenden el idioma de su etnia, cantan melodías Then, tocan el dan tinh (laúd de tres cuerdas) y juegan al “nem con”, un juego tradicional que consiste en lanzar bolas de tela a un aro suspendido.

También adquieren conocimientos culinarios, prácticas rituales y saberes ancestrales que aseguran la continuidad de la identidad cultural. La aldea cuenta con un espacio de conservación de oficios tradicionales, un invernadero para cultivo y procesamiento de té verde, una casa de hierbas medicinales, una destilería artesanal, una zona de elaboración de postres típicos y otra dedicada a la tejeduría de productos de bambú.

Le Thi Hao, una aldeana de la etnia Kinh, compartió: “Antes no sabía tejer. Desde que me mudé aquí, aprendí la tejeduría de los Tay. Los ancianos me enseñaron. Luego instruyo a mis hijos y nietos que desean practicar el oficio, y así ayudo a los descendientes a conservar la identidad cultural de la aldea”.  

Thai Hai fue incorporada oficialmente a la red de destinos turísticos de Thai Nguyen en 2014. Sin embargo, a diferencia de otros modelos cada vez más comercializados, aquí se mantiene un enfoque comunitario: todos los ingresos de las actividades agrícolas, artesanales y turísticas se destinan a un fondo común que cubre los gastos colectivos, desde la alimentación hasta la educación de los niños.

De esta manera, la actual subjefa de la aldea de Thai Hai, Le Thi Nga, señaló: “Nuestros antepasados fundaron esta aldea y la hicieron prosperar. Nuestra responsabilidad ahora es cultivar su cultura, preservar sus herencias y también aprender para saber compartirlas con quienes nos visitan. Siempre aspiramos a ser embajadores de nuestra comunidad”.

La paz del entorno, la calidez de su gente y la autenticidad de su cultura han convertido a Thai Hai en un referente del turismo sostenible en Vietnam. Desde su inclusión en la lista de la OMT, el número de visitantes no ha dejado de crecer, con miles de llegadas anuales procedentes de más de 40 países.