Bajo un sol abrasador, los rostros de las 15 mujeres del equipo de desminado del proyecto NPA/RENEW se tornan rojizos; sus espaldas, empapadas en sudor. La concentración en cada movimiento hace que el entorno parezca suspendido en el tiempo, roto solo por el zumbido tenue de los detectores de metales.
 La misión del equipo del desminado es detectar y neutralizar los artefactos explosivos remanentes de la guerra utilizando equipos especializados. (Foto: cand.com.vn) |
Durante el trayecto hacia el terreno, la jefa de equipo, Nguyen Thi Hai Van, asignó las tareas: “Hoy trabajaremos en el sitio 409-063. El plan de distribución es el siguiente: Grupo 1: Thu Van y Cam Nhung; Grupo 2: Hong Van y Thu Hong. Antes de comenzar, todas deben seguir estrictamente las normas de seguridad establecidas para el terreno. En caso de accidente, el hospital de Gio Linh será nuestro centro de emergencia. ¿Alguna duda? Si no, empezamos con la labor”.
Cada jornada requiere no solo nervios de acero, sino también una férrea disciplina. Al finalizar el turno, Phan Thi Thu Huong, quien junto a sus compañeras ha detectado varios puntos con indicios de explosivos, comentó: “Este bosque de pinos es un lugar donde muchas personas trabajan a diario. Pero bajo su aparente tranquilidad, las banderas rojas marcan zonas donde hemos detectado posibles restos de explosivos.”
En esta labor, un simple “bip” del detector puede revelar desde un trozo de metal oxidado hasta una bomba letal enterrada hace más de medio siglo. No hay margen para errores: un descuido puede costar la vida, propia o ajena.
Tras más de dos meses de trabajo en casi 100.000 metros cuadrados en Tan Vinh, Dong Ha, el equipo ha hallado más de 150 artefactos explosivos y más de 80 bombas de racimo, lo que confirma la alta contaminación del área. La jefa del grupo detalló: “Hemos limpiado cerca de 700.000 metros cuadrados de terreno, donde se han encontrado más de 150 artefactos explosivos de diversos tipos, como obuses, granadas y morteros. Además, hemos detectado 80 bombas y municiones de racimo.”
Cada artefacto destruido al final de la jornada es motivo de satisfacción para las desactivadoras, que saben que, gracias a su labor, los habitantes podrán regresar con seguridad a sus tierras. Algunos dijeron lo siguiente:
“Lo más importante es garantizar la seguridad y crear oportunidades para que la gente pueda ganarse la vida y desarrollarse. Los pobladores se sentirán tranquilos al cultivar en esas tierras”.
“Cada día lidiamos con bombas y municiones. La población está muy feliz porque ahora puede trabajar con confianza en sus campos. Eso también es nuestra mayor motivación para seguir adelante”.
 Los miembros del equipo de desactivación de bombas y minas conversan y comparten alegrías y tristezas de la vida en cada momento de descanso. (Foto: cand.com.vn) |
Cada mañana, estas mujeres delgadas y decididas salen de casa conscientes del riesgo que enfrentan, pero no se detienen. Bajo sus pies está la seguridad de cientos de familias. Mai Van Viet, coordinador del programa NPA/RENEW en la provincia, subrayó: “Hombres y mujeres trabajan en igualdad de condiciones. El proyecto NPA/RENEW ha demostrado que las mujeres pueden cumplir esta tarea con la misma eficacia”.
Durante más de diez años, el equipo femenino de desminado de Quang Tri ha limpiado cientos de miles de metros cuadrados de terreno. Hoy, los arrozales dorados, las colinas de acacia verde esmeralda y las escuelas llenas de risas infantiles son testimonio de su esfuerzo por devolver la vida a estas tierras marcadas por la guerra. Mientras haya bombas latentes bajo el suelo, estas “rosas de acero” seguirán avanzando con paso firme, día tras día, para que su tierra natal renazca.