Hoang Van Tuyen y su tienda de muebles de madera en Nanning, China
|
En 2006, Hoang Van Tuyen se matriculó en la Universidad Pedagógica de Guilin. Se graduó a finales de 2011 y pocos meses después, a principios de 2012, se mudó a la vecina ciudad de Nanning. Entonces solo contaba con una pequeña cantidad de dinero, suficiente solo para comprar una bicicleta eléctrica. Tuyen contó: “Al principio no conocía a nadie y no sabía qué a hacer. Por eso, pedaleé por toda la ciudad para contemplar la vida allí y ver si se me ocurría alguna idea. Un día, llegado a un mercado, vi a la gente moviendo cestas de frutas a un nuevo local de negocio y decidí vender frutas vietnamitas.”
Primero solo vendía sandías, pero como su temporada es corta, pensó en otros productos que le cubrieran el resto del año. Fue así como fue a parar a las provincias survietnamitas de Long An y Tien Giang a fin de explorar las posibilidades de llevar la pitaya al país vecino.
En los primeros momentos, como no había pedidos, perdió mucho. Cada contenedor que exportó a China contenía cientos de cajas de la también llamada fruta de dragón, pero solo pudo vender unas pocas decenas cada día y tuvo que desechar hasta la mitad de los envíos porque se pudrían. Afortunadamente, después de un tiempo, consiguió una estable cantidad de clientes y encontró socios confiables que le ayudaron mucho en su negocio. Tuyen dijo: “El invierno en China es tan frío, que pocos árboles dan frutos. Mientras, el sur de Vietnam tiene un tiempo soleado todo el año y en consecuencia, muchas variedades de frutas. Es la razón por la que decidí venderlas en el mercado del gigante asiático.”
La familia feliz de Hoang Van Tuyen
|
Un día, un socio chino admirador de los muebles de madera de Vietnam, le dijo a Tuyen que quería decorar su casa con ellos. Una idea saltó a su mente. Pidió préstamos a amigos a fin de comprar artículos madereros de Dong Ky, en la provincia norvietnamita de Bac Ninh, y contrató carpinteros para diseñar muebles conforme al gusto de los chinos. Como sus productos son originales, hechos a mano y de alta calidad, son muy apreciados por los consumidores chinos para bien del bolsillo del joven emprendedor. En lo adelante, Tuyen intentará exportar pangasius a ese mercado. Él expuso: “China es un mercado potencial muy grande para los envíos vietnamitas. Después de estudiar el asunto, creo que hay una gran oportunidad del comercio de pangas aquí. A los chinos les gusta consumir este pesacado en el invierno.”
Según Tuyen, su esposa, de nacionalidad china, está detrás de todos sus éxitos. Ellos se conocieron en la universidad. Después de casarse, siguen viviendo en China, en una casa al estilo tradicional vietnamita. Cada día, ella cocina los platos de la tierra natal de Tuyen, además de estudiar el vietnamita para entender mejor la cultura de la nación de su cónyuge. El amor les ayudará a superar todas las dificultades.