Aula de Sentimiento humano

Lê Phương
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(VOVworld) - Desde hace tiempo, una habitación de 15 metros cuadrados en el recinto de la Casa Cultural del barrio Tan Mai, Hanoi, se ha convertido en una dirección conocida para los niños de situación difícil. Esta es el “Aula de Sentimiento” de la maestra Nguyen Thi Coi y sus alumnos discapacitados y afectados por el agente naranja/dioxina.  

(VOVworld) - Desde hace tiempo, una habitación de 15 metros cuadrados en el recinto de la Casa Cultural del barrio Tan Mai, Hanoi, se ha convertido en una dirección conocida para los niños de situación difícil. Esta es el “Aula de Sentimiento” de la maestra Nguyen Thi Coi y sus alumnos discapacitados y afectados por el agente naranja/dioxina.   

Aunque no se toca el tambor para avisar la hora de estudio, a las 8 de la mañana de lunes, martes y jueves, los alumnos de la Clase de Sentimiento ya están presentes para empezar un nuevo día de aprendizaje. El Comité Popular del distrito de Hoang Mai regaló 8 juegos de mesas y sillas para 15 alumnos. Organizar esta clase es difícil, pero mantenerla es más difícil aún debido a la distancia entre los municipios de Hoang Mai y Hai Ba Trung. Sin embargo, con su amor, la profesora Nguyen Thi Coi compró con su dinero libros y libretas, ayudando a estos alumnos especiales a llegar a clase. “Partiendo de mi amor acepto este trabajo y pienso que la sociedad les presta atención, pero se necesitan personas que realicen trabajos concretos. Tengo nivel profesional y compasión con ellos y los considero como mis hijos y nietos. Los ayudo de modo desinteresado y no escatimo en el problema económico ni otras cosas”.

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La maestra Nguyen Thi Coi y sus alumnos



Thi Coi era directora de la escuela primaria de Hoang Van Thu, en el distrito de Hoang Mai. Durante 20 años vinculada a este aula, Coi enseñó a muchos alumnos, incluso 3 hermanos de una misma familia. De los 15 alumnos del aula, 12 son minusválidos o padecen retraso mental, y el resto pertenece a familias con una situación difícil, y que no pueden llegar a la escuela. Con estos alumnos especiales enfrentó no pocas dificultades en la enseñanza, pero con su amor a la profesión y a los niños, Coi persistió en su trabajo para ayudarles a elevar sus conocimientos. Aunque encuentra dificultad al hablar, Pham Duy Long, de 22 años de edad y retraso mental, alumno del cuarto grado del Aula de Sentimiento, expresó: “Me siento muy contento. Al estudiar tengo muchos amigos. Vivo con mis abuelos maternos. Estudio letras y puedo hacer ejercicios de matemática”.

Además de estudiar, los alumnos del aula entrenan su salud, participan en actividades extra clases o visitan parques. Anteriormente vivían una vida cerrada y deprimida, ahora se muestran corteses y saludan a los mayores, aunque a veces no pronuncian bien.  La madre de un alumno discapacitado compartió: “Gracias a la maestra Coi mi hijo puede saber un poco más. El día que está en casa se siente muy triste, llora y me exige llevarlo a clase. Aunque está jubilada, Coi se muestra muy fervorosa con sus alumnos. Anteriormente los niños con retraso mental no sabían nada. Sin embargo, ahora pueden hacer operaciones de multiplicación y división, y recordar de memoria la tabla de multiplicar. Solo deseo que mi hijo pueda leer, comprender y comunicarse con los demás, nada más”.

Los progresos diarios de sus alumnos son regalos significativos que responden a la atención y ayuda de sus padres, la profesora Thi Coi, las comisiones y organizaciones del distrito de Hoang Mai. Desde este aula, algunos hijos de familias con situación más difícil siguen sus estudios en las escuelas de enseñanza de oficios o trabajar como obreros, y los demás pueden realizar oficios artesanales para ganarse la vida.

Aunque solo dura 2 horas, el estudio trajo a estos alumnos especiales muchas alegrías. Al llegar al Aula de Sentimiento ellos perciben que la sociedad y las personas en sus alrededores siempre prestan atención y los quieren como los demás menores./.

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