Por Hugo Rius Blein (corresponsal de Prensa Latina en Vietnam)
La siembra de arroz en terrazas, en laderas de montañas, que tanto fascinan a visitantes, adquirió en Vietnam la categoría de reliquia nacional y se convierte hoy en nueva ruta turística.
Su proclamación como tesoro cultural acaba de certificarse en el distrito de Hoang Su Phi, provincia nororiental de Ha Giang, donde todavía se mantiene intacta una tradición de alrededor de 300 años.
Transmitida de una a otra generación continúa desafiando altitudes y terrenos irregulares para producir alimento y esculpir simétricos paisajes verdes de singular encanto.
Solo en Yen Bai, otra región septentrional, las terrazas abarcan un área de 760 hectáreas que ocupan diversas minorías étnicas, los más celosos guardianes y transmisores de esa forma de producción.
A través del tiempo aprovecharon las fuentes de aguas en las cimas de las montañas, que desciende por ranuras y surcos para anegar los cultivos y eligieron los suelos más fértiles y firmes, para erigir a la vez casas de almacenamientos y viviendas.
Carentes de moderna tecnología, solo armados de rústicos utensilios como hachas, rastrillos de madera, pala y cuchillos curvos levantaron escalones con borde de 12 a 20 centímetros de alto y de 20 a 30 centímetros de ancho, en los que lograron sacar arroz.
Con las rocas extraídas construyeron diques para impedir deslaves y producir ahora probadas variedades más resistentes y de mayor rendimiento, suministradas por las autoridades locales.
En Vietnam, uno de los principales productores mundiales de arroz, se aprovecha hasta los espacios en apariencia imposibles, como demuestran los cultivos en terrazas.
La administración nacional del turismo ve esos parajes como un destino turístico y sus expertos preparan itinerarios experimentales con los que visitantes domésticos y extranjeros no dejen de perderse las llamadas Escaleras del cielo, de la minoría Mong, sabia creación de la cultura popular.