Los planes incluyen un “Escudo Cibernético para toda la UE” que vincularía a las autoridades de seguridad nacional y utilizaría la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquinas para detectar indicios tempranos de ataques, una unidad cibernética que respondería a los incidentes y amenazas, y un incremento en la cooperación entre los países miembros con mecanismos como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

La nueva estrategia cibernética se enfocaría en proteger infraestructura esencial como las redes eléctricas, los sistemas de calefacción y las plantas de gas e hidrógeno, al igual que los enlaces aéreos, ferroviarios, acuáticos y viales. El mercado financiero y la infraestructura sanitaria también estarían entre las prioridades.