Bin Salman aseguró que “el crimen fue doloroso para todos los sauditas” y se comprometió a llevar a los autores ante la justicia y a colaborar estrechamente con Ankara en este tema.
El mismo día, el diario turco Sabah informó que las autoridades del país compartieron con la directora de la Agencia Central de Inteligencia, Gina Haspel, las informaciones recopiladas en el marco de la investigación del homicidio de Khashoggi.
En un hecho relacionado, los investigadores turcos fueron autorizados a inspeccionar un pozo en el jardín del consulado de Arabia Saudita en Estambul, donde se produjo el asesinato del periodista.
Sobre su muerte, el presidente Erdorgan advirtió que no permitirá que los responsables queden sin castigo. Mientras, la primera ministra británica, Theresa May, declaró que se revocarán las visas a los implicados en el asesinato.
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, analizó la relación entre el príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, y la muerte del periodista.
Australia está considerando prohibir la venta de armas a Riad. Entretanto, el jefe del Gobierno de España, Pedro Sánchez, dijo que seguirá la colaboración militar con la nación del Oriente Medio, aunque expresó su decepción sobre dicho caso.