Cientos de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro asaltan a las sedes de los tres Poderes del Estado. (Foto: prensa-latina.cu)
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Las fuerzas de seguridad y policía antidisturbios acudieron al lugar y se vieron obligados a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los extremistas.
En una intervención posterior a estos hechos, el presidente Lula da Silva prometió castigar a los alborotadores con dureza y de acuerdo con la ley, e incluso averiguar quiénes son los que financian a estos vándalos.
Mientras, líderes de muchos países latinoamericanos expresaron inmediatamente su apoyo a Lula y consideraron el asalto como un intento de golpe de Estado para impedir las actividades del nuevo gobierno.