El 3 de septiembre, el ministro de Cultura brasileño, Sergio Sa Leitao, dijo que este es un desastre y es difícil determinar sus daños por el valor inapreciable de las piezas consumidas por la llama.
También reconoció la lento reacción del trabajo de los bomberos. En declaraciones a la prensa, Leitao explicó que cuando se prendió el fuego el museo estaba cerrado y quedaban solamente cuatro vigilantes. La llama se originó en la parte trasera del museo y los agentes de seguridad perdieron mucho tiempo para localizarla.
Según el titular, se está llevando a cabo una investigación sobre las causas del incendio.