Se trata de la tercera vez que el líder surcoreano asiste a una ceremonia religiosa en memoria de las víctimas, luego de una celebrada en el Templo Joggye en el centro de Seúl el 4 de noviembre y otra organizada por la Asociación de Iglesias Cristianas de Corea del Sur el 5 de noviembre. Durante estas misas, Yoon Suk-yeol expresó sus condolencias y pidió disculpas por no cumplir con su responsabilidad de garantizar la vida y la seguridad de la población.

Mientras, en la última ceremonia, el titular surcoreano practicó directamente los actos rituales.

La estampida ocurrió durante las celebraciones de Halloween en la noche del 29 de octubre en un pequeño callejón de Itaewon, un barrio famoso que atrae a los jóvenes por las actividades nocturnas. La tragedia dejó al menos 156 muertos y muchos heridos.

Actualmente, las autoridades están investigando las causas del accidente, especialmente la responsabilidad de las fuerzas de seguridad.