Los delegados sopesaron la posibilidad de crear un órgano nacional independiente que se encargue de contactar a familiares de los desaparecidos para que participen en la solución del problema y consideraron otras medidas legales, técnicas y sociales.
Desde la guerra civil en 2011, al menos 2 mil 500 libios han desaparecido. El gobierno realizó pruebas de ADN para identificarlos en las tumbas colectivas.