La policía guardia fuera de una mezquita en Liverpool, Inglaterra, el 2 de agosto de 2024. (Foto: Reuters/VNA)
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El primer ministro Keir Starmer presidió una segunda reunión del gabinete de emergencia -más conocido como COBRA- en Downing Street, en la noche del 6 de agosto, junto con miembros del gobierno, líderes militares, policías y funcionarios penitenciarios, para deliberar sobre estrategias para abordar las continuas manifestaciones.
En un esfuerzo por procesar a los alborotadores, el Ministerio de Justicia del Reino Unido declaró que a partir de la próxima semana las prisiones instalarán más de 560 nuevas celdas. También se llevarán a cabo sesiones de los tribunales durante la noche. Se enviarán alrededor de 2200 policías antidisturbios para detener a los grupos de extrema derecha que intenten realizar protestas violentas.
Después de un incidente de apuñalamiento en Southport el pasado 29 de julio, que dejó diez personas heridas y tres niñas muertas, estallaron disturbios en todo el territorio británico.
Los grupos de extrema derecha difundieron información falsa alegando que el autor era un inmigrante musulmán, incitando disturbios y saqueos, y causando los actos de violencia más graves en el Reino Unido en 13 años. Hasta ahora, la policía ha detenido a más de 400 personas por delitos relacionados con esas acciones.