En concreto, del 1 de febrero al 1 de marzo, embarcaciones de servicio público chinas estuvieron presentes fuera del área de Senkaku/Diaoyu. Los barcos chinos entraron en las aguas territoriales japonesas seis de estos días y 5 de ellos persiguieron a pesqueros nipones. También hostigaron a embarcaciones con bandera del país del sol naciente, portando objetos similares a la artillería. En este sentido, Tokio ya ha advertido frente a los posibles riesgos de la acción de Beijing.
Con anterioridad, a finales del mes de febrero, Japón había permitido por primera vez que su Fuerza Marítima de Autodefensa disparara contra barcos extranjeros que intentaban llegar al disputado archipiélago de Senkaku/Diaoyu. Esta fue la primera decisión de Tokio sobre dicha materia después de que Beijing aprobara a principios de febrero la Ley de Guardacostas por la que autoriza el uso de armas contra barcos extranjeros. Esta actividad ha desencadenado preocupaciones ante una posible situación más complicada en el mar Huadong.