Rouhani hizo tal declaración durante la puesta en funcionamiento de la refinería Persian Gulf Star en su tercera fase, al sur de la ciudad portuaria de Bandar Abbas. La obra, construida en 2006 tiene capacidad de 400 mil barriles por día, la quinta parte de los 2,1 millones que produce el país. Se trata de un logro respetable en medio de las presiones mantenidas por Estados Unidos, Israel y sus aliados contra Irán.
Las relaciones entre Teherán y Washington se agravaron después de que el presidente norteamericano, Donald Trump retirara a su país del pacto nuclear con la nación persa en mayo de 2018 y restaurara las medidas punitivas contra esta. Mientras Teherán describió de “inaceptables” las demandas estadounidenses referidas al tema.