La obra, cuya construcción duró tres años, es la primera de su tipo reconocida por el gobierno húngaro. Con un diseño tradicional vietnamita, se trata de un centro espiritual para los connacionales.
Al intervenir en la ceremonia, Hau A Lenh expresó su agradecimiento a la Administración de Hungría, en general, y de Simontornya, en particular, durante la edificación de la pagoda. También manifestó su satisfacción ante las mejorías de la solidaridad entre los compatriotas en ese país europeo, quienes desempeñan un papel importante en la protección y la promoción de los valores culturales de Vietnam.