(VOVworld) – El derribo por un avión turco este martes del cazabombardero SU 24 de Rusia mientras cumplía su misión anti terrorista en Siria ha hecho que la situación en la región y las relaciones entre Moscú y Ankara se tornen más tensas que nunca. Según reportó la corresponsal permanente de la Voz de Vietnam en Rusia, en la noche del 24 de noviembre los canales televisivos rusos transmitieron las imágenes relativas al incidente y las fuertes declaraciones de Moscú.

Una imagen grabada del avión ruso derribado

El mismo día, los embajadores de los países integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), tras el cierre de una reunión relámpago y urgente en Bruselas, Bélgica a petición de Turquía, emitieron una declaración llamando a las partes a mantener la calma y a continuar el diálogo. El secretario general de la OTAN, Stoltenberg destacó: “La diplomacia y evitar las tensiones son las condiciones necesarias para salir de la crisis pero al mismo tiempo hay que buscar un mecanismo adecuado para evadir accidentes similares en el futuro”. Mientras tanto, el secretario general de la ONU, Ban Kimoon manifestó su profunda preocupación por este hecho y exhortó a las partes a cumplir los pasos necesarios para aliviar las tensiones. El presidente estadounidense, Barack Obama y su homólogo francés, François Hollande instaron a Moscú y Ankara a mantener el diálogo y no realizar acciones que aumenten la tensión.

El presidente Vladimir Putin cataloga la accion de Turquia como “una puñalada por la espalda”

Hasta el momento, no se ha informado de ningún contacto directo entre Rusia y la OTAN, pero la parte rusa ha pronunciado palabras duras dirigidas a Turquía y la coalición atlántica. Según expertos rusos, el derribo del avión SU 24 fue la respuesta de Ankara al ataque de la Fuerza Aérea rusa contra un oleoducto, desde la zona bajo el control del Estado Islámico a Turquía y que la acción violó el acuerdo firmado entre las partes sobre la coordinación en la lucha contra el grupo yihadista en Siria.

El hecho ha ejercido impactos negativos a las relaciones de Rusia con Turquía y los estados participantes en el combate contra el Estado Islámico. El presidente ruso, Vladimir Putin, en un encuentro con el rey de Jordania, denunció la acción de Turquía y lo catalogó como “una puñalada por la espalda”. El Parlamento ruso adoptó muy pronto castigos a Turquía, desde la ruptura diplomática hasta el bloqueo de alimentos. El canciller ruso, Sergei Lavrov decidió el 24 de noviembre cancelar su planeada visita a Turquía para este jueves, y al mismo tiempo recomendó a los ciudadanos rusos no viajar a ese país.