El primer ministro de Italia, Mario Draghi. (Foto: Reuters) |
El mismo día, el presidente Mattarella también anunció que había deshecho la Asamblea Nacional y firmó un decreto para disolver el Senado y la Cámara Baja, preparándose para las elecciones antes de la fecha prevista del 25 de septiembre. En la actualidad, los partidos en Italia están entrando en la fase de campaña electoral.
Draghi dimitió tras una moción de confianza en el Senado, cuando los tres principales partidos de la coalición gobernante, el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), Forza Italia y la Liga se negaron a participar en la votación.
La decisión del premier italiano ha capturado la atención especial de los socios occidentales y las organizaciones europeas en el contexto de la actual crisis energética y el aumento de la inflación. La Casa Blanca de Estados Unidos emitió un comunicado afirmando su fuerte alianza con Italia, comprometiéndose a continuar trabajando en estrecha colaboración con Roma en una variedad de temas prioritarios.
Desde Bruselas, el Alto Comisionado Europeo para la Economía, Paolo Gentiloni, dijo que la llegada de un nuevo primer ministro se dará en un "período difícil". Según los analistas, la renuncia de Draghi corre el riesgo de llevar a Italia a una crisis política.