Entre los objetivos figuraban varios vehículos robados al Ejército Nacional de Afganistán que habían sido convertidos en dispositivos explosivos improvisados, dijo la entidad.
Agregó que los bombardeos ayudaron a impedir la preparación de atentados talibanes cerca de la frontera con China y Tayikistán.
Tales acciones se consideran una ampliación de las campañas militares que Washington había implementado para destruir los campos de cultivo de opio en la provincia sureña de Helmand, que generaban grandes ingresos a los talibanes.