De acuerdo con el informe oficial, el sumo pontífice sufrió por la mañana una "crisis respiratoria prolongada, similar al asma", que requirió la administración de "altos flujos de oxígeno". Asimismo, fue sometido a transfusiones de sangre tras detectarse una afección vinculada a la anemia.
Desde su ingreso hospitalario el pasado 14 de febrero debido a dificultades respiratorias, no se había informado de un agravamiento tan considerable. Los resultados de la radiografía confirmaron, además, el diagnóstico de neumonía.