Egipto también pidió "unir" todos los esfuerzos regionales e internacionales para impedir una operación militar de este tipo.
En cuanto a la reacción internacional, en una llamada telefónica entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, realizada ayer, Biden pidió a Israel que no lleve a cabo la campaña a menos que exista un plan para garantizar la seguridad de los habitantes en Rafah.
La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, que realizará su quinto viaje a Oriente Medio la próxima semana desde el conflicto entre Israel y Hamás, dijo que un ataque militar israelí a Rafah causaría un desastre humanitario.
Muchos países del Golfo también advirtieron que la proyectada campaña militar israelí conduciría a un desastre humanitario y cometería genocidio.
La ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, con una población de menos de 300.000 personas antes de que estallara el conflicto en octubre pasado, alberga actualmente a alrededor de 1,4 millones de palestinos desplazados, quienes consideran la ciudad como la última zona segura en Gaza.