Niños en un campamento de refugiados en Mazar-i-Sharif, de la provincia de Balkh, Afganistán, el 20 de noviembre de 2021. (Foto: Xinhua/VNA) |
Esta suma proviene del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Afganistán y 100 millones de dólares se destinarán al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos, con un monto de 180 millones de dólares.
Este financiamiento se utilizará para cubrir las brechas presupuestarias en los actuales programas de ayuda médica y alimentaria para los afganos.
Con anterioridad, la ONU advirtió en repetidas ocasiones que el país del suroccidental de Asia está al borde de la peor crisis humanitaria del mundo. Unos 22 millones de habitantes locales, más del 50% de su población, corren el riesgo de sufrir una grave escasez de alimentos durante los meses de invierno, lo que obligará a millones a migrar o pasar hambre.
La crisis alimentaria en Afganistán se debe al cambio climático y a la recesión económica, derivada de que miles de millones de dólares de los activos del país están congelados en bancos extranjeros después de que los talibanes regresaran al poder del país.