Las discusiones se centraron en el terrorismo, la economía y Europa y alcanzaron su punto álgido cuando Le Pen acusó a su rival por su “actitud tolerante” con el fundamentalismo islamista y su rechazo a las medidas contra el terrorismo extremista tras una serie de ataques ocurridos recientemente en Francia. Sin embargo, Macro prometió “tolerancia cero a la delincuencia común”, a la vez criticó las propuestas de Le Pen al indicar que pueden provocar “una guerra civil”.

En cuanto a la Unión Europea (UE), la líder de la extrema derecha aseguró que si su adversario triunfa, la economía nacional no será capaz de competir con la mayor de la región, la de su vecino país-Alemania. Con antelación, expresó su deseo de realizar un referendo sobre la salida francesa de la UE (o Frexit), mientras, el candidato socioliberal mostró su apoyo a ese bloque comunitario.

Ese aspirante fue considerado más convincente frente a su rival durante el debate, según un sondeo, con el índice del 59% y 41%. No obstante, las últimas discusiones en televisión entre ambos aspirantes cambiaron la opinión pública. El presidente saliente francés François Hollande y muchos miembros del Gobierno predijeron la victoria de Le Pen, por un supuesto tercio de votos de abstención.