En telegrama enviado al presidente egipcio, Abdel Fattah Al Sisi, el Pontífice manifestó su profunda tristeza por el ataque, al que definió como un “acto insensato y brutal”. Además, expresó que reza “por las víctimas y sus familias, por los heridos y por el personal de emergencia que generosamente acudió en su ayuda”.

El mismo día, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto describió dicho asalto como un acto cobarde y terrorista. “Expresamos nuestras sinceras condolencias a las familias de las víctimas en Vietnam y Egipto. Seguiremos avanzando hacia un nuevo año de determinación para erradicar el terrorismo, añadió el funcionario”, dijo la Cancillería en un comunicado.

Mientras, la prensa del país citó las palabras del vicepremier y canciller vietnamita, Pham Binh Minh, ante el incidente y transmitió el pésame a familias de las víctimas.

Argelia también rechazó dicho acto y afirmó su solidaridad con los Gobiernos de Vietnam y Egipto en la lucha contra el terrorismo.

En un acontecimiento relacionado, el Ministerio del Interior de Egipto anunció que las fuerzas de seguridad mataron a 40 supuestos terroristas en operaciones en tres puntos del país tras el atentado contra el autobús de turistas. El 28 de diciembre, un artefacto explosivo de fabricación casera fue colocado junto a un muro en la calle de Al Marriotiya, en el distrito de Haram, en Giza, donde se encuentran las pirámides, y fue explosionado a las 18:15 (hora local) al paso del autobús. Cuando ocurrió la explosión, viajaban en el vehículo 18 personas, incluidos 15 vietnamitas y tres egipcios.