Protestantes iraníes, la mayoría estudiantes, se concentraron en la embajada del Reino Unido en Teherán. Según el canal televisivo local, la masa de manifestantes gritaba consignas contra Londres, lo cual obligó al Gobierno iraní a expulsar al embajador británico. Los manifestantes rompieron ventanas y lanzaron bombas molotov al recinto de la embajada. Las protestas se produjeron después de que el Consejo de Guardianes, órgano supremo legislativo iraní, aprobara la decisión de bajar el nivel de las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Esta decisión fue una represalia contra la acción de EEUU, el Reino Unido y Canadá de imponer nuevas sanciones a los sectores de finanzas, petroquímica y energía de Irán, y le excluyeran del sistema financiero así como presionaran a otras naciones a hacer lo mismo.
  De inmediato, el canciller británico, William Hague condenó tajantemente las manifestaciones y advirtió que Teherán enfrentará graves consecuencias. Solicitó al Gobierno iraní proteger a los funcionarios y las propiedades diplomáticas del Reino Unido acorde a la ley internacional.
  La ONU, la Unión europea y EEUU criticaron los ataques contra la embajada británica en Irán. El Consejo de Seguridad emitió una declaración pidiendo al Gobierno iraní responder a las demandas del canciller británico./.