El ataque se produjo alrededor de las 8:20 horas del 9 de noviembre (hora local) en el andén 1 de la estación de tren de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán.
Según las primeras fuentes preliminares, un atacante suicida activó el chaleco explosivo que llevaba mientras se encontraba en medio de una multitud. Entre los muertos se encontraban pasajeros, personal de la estación y guardias de seguridad. Las autoridades locales temen que el número de víctimas aumente a medida que se siga actualizando la información.
El primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, condenó enérgicamente el sangriento ataque e insistió en que los terroristas que dañan a civiles inocentes pagarán un alto precio.