(VOVworld) – El delta del río Mekong es famoso por sus estanques de langostinos, de hecho, la industria camaronera de esta zona representa el 94% de la superficie total y 81% de la producción de Vietnam en este rubro; pero el cambio climático, especialmente la salinización del suelo ha impactado el cultivo de los crustáceos. Se necesitan nuevos enfoques para desarrollar la referida industria en tiempos de incertidumbre.
El camarón es uno de los principales productos de la acuicultura vietnamita, ocupando la mitad del volumen de los productos acuáticos exportados por el país. Para este año, el valor de facturación de este producto prevé llegar a 3,2 mil millones de dólares y se fijó la meta de aumentar a 8 mil millones de dólares para 2025.
La cría de camarón patiblanco en casa cerrada es considerada como una solución adaptable al cambio climático en el delta del río Mekong (Foto:thuysanvietnam.com)
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Vietnam cuenta con una superficie de 700 mil hectáreas dedicadas a esta producción, concentrándose principalmente en dos especies de crustáceos: el langostino jumbo (Penaeus monodon) y el camarón patiblanco (Litopenaeus vannamei). Sin embargo, para hacer frente a la intrusión del agua salada, el delta del río Mekong está poniendo en práctica la crianza de langostinos tigre de color rojo (Penaeus semisulcatus). Nguyen Van Sang, director del Instituto de Investigación de Acuicultura Número 2, dejó saber: “Lo más importante ahora es la planificación del sistema de riego y la reorganización de la estructura productiva. Para adaptarse a la salinización, tenemos básicamente dos directrices a seguir. En primer lugar, continuaremos practicando el cultivo de camarones asociándolo con la producción arrocera, segundamente, promovemos el desarrollo de áreas para criar camarones con alta tecnología según el sistema de producción extensa, intensiva o semi-intensiva. Además, debemos hacer esfuerzos para mejorar la tecnología agrícola, la creación de una fuente de alimento natural, el control de las condiciones ambientales y las enfermedades.”
De hecho, varias provincias deltaicas han promovido la aplicación de adelantos científico-tecnológicos en el cultivo, con el objetivo de lograr mayor eficiencia económica. Por su parte, el Ministerio de Ciencia y Tecnología también tiene la intención de participar en este esfuerzo ya que se espera poner en práctica, cuanto antes, un proyecto sobre técnicas en el cultivo de langostinos, incluyendo disposiciones sobre el origen de los productos, su calidad y la higiene de los alimentos. Dang Quoc Tuan, director general adjunto del Grupo Vietnam-Australia, uno de los primeros proveedores de variedades de camarón a nivel nacional, dijo lo siguiente: “Nuestro grupo se encarga de casi todas las etapas de producción, desde la puesta en marcha de los alevines, alimentos, cría, hasta el procesamiento de los productos terminados. Por el momento, experimentamos técnicas de cría que provienen de Israel, las cuales nos permiten gestionar indicadores de temperatura, salinidad y bioseguridad”.
Actualmente, los modelos de cultivo de crustáceos marinos y de agua dulce compatibles con la variación del clima en el delta del río Mekong están mostrando su eficiencia. En general, los agricultores ponen sus gambas en estanques, en los campos de arroz o incluso en manglares o promueven la cría del langostino patiblanco en casa cerrada. Son soluciones adaptadas y de bajo costo que respetan el medio ambiente, todas destinadas a hacer frente a la salinización. Nhu Van Can, jefe del Departamento de la Acuicultura, apuntó: “Damos prioridad a optar por soluciones que sean amigables con el medio ambiente. En este sentido, seleccionamos las variedades resistentes a las plagas, e invertimos en tecnologías avanzadas y alimentos nutritivos para impulsar los modelo de cultivo de gambas adaptable al cambio climático”.
Sin duda, invertir en avances tecnológicos es una medida correcta cuando Vietnam, junto a Australia y China, es uno de los tres países que posee la tecnología más avanzada en el cultivo de langostinos, especialmente la producción de alimentos para camarones. El uso de organismos marinos, como sustituto de la harina de pescado, asegura el crecimiento adecuado y la reducción del riesgo de epidemias.
En cuanto a medidas a largo plazo, las provincias deltaicas pretenden diversificar los modelos de cría camaronera con alta tecnología para responder a los impactos negativos del cambio climático, mientras que el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural presentará al Gobierno, en el cercano futuro, planes maestros para esta labor en el Delta del río Mekong.