La abadesa Thich Nu Lien Tam (margen a la i.) y seguidores budistas de la pagoda Buu Tam están preparando comidas vegetarianas a los más necesitados de la provincia de Soc Trang. (Foto: VOV) |
Buu Tam no es sólo un lugar consagrado al culto budista, sino también el refugio de una veintena de ancianos solteros y de cinco pequeños huérfanos. Cada primer y decimocuarto día del calendario lunar, bajo la direción de la abadesa Thich Nu Liên Tâm, las monjas distribuyen comidas vegetarianas a los pobres de la región.
Cuando la epidemia comenzó a azotar el país, la dignataria invitó a los fieles a preparar comidas y ofrecerlas a los residentes desfavorecidos. Estos últimos, la mayoría de ellos de la etnia jemer, se vieron obligados a dejar las grandes ciudades donde trabajaban para regresar a Soc Trang, su provincia natal, totalmente desamparados. Todos los martes, jueves y sábados, se preparan y distribuyen 600 porciones de comida entre las personas necesitadas, explicó Lien Tam.
“Queremos hacer algo para ayudar a las personas más afectadas por la pandemia. Muchos fieles vinieron a echarnos una mano”, señaló.
Tran Huynh Hoang Yen, residente de la aldea de Phuoc Loi, visita la pagoda cada semana para ayudar a preparar y empacar la comida.
“Durante la pandemia, las escuelas de nuestro pueblo se transformaron en centros de cuarentena. Decidí apoyar la iniciativa promovida por la pagoda Buu Tam y su abadesa, y ayudar a preparar y distribuir comidas gratuitas para los confinados. Aún cuando son pequeñas, estas comidas pueden consolar a los pobres durante su período de cuarentena obligatoria", expresó.
Otro devoto generoso de la pagoda es Nguyen Quoc Viet, residente del décimo distrito de Soc Trang.
“Debido a la pandemia, el número de desempleados y pobres ha aumentado y es necesario ayudarlos. Participo económicamente en la cocina humanitaria de la pagoda Buu Tam. Cuando tengo tiempo libre, también voy allí para ayudar a empacar o entregar las comidas”, dijo.
Las autoridades de Soc Trang honraron a la abadesa Thich Nu Lien Tam por su participación activa en la lucha contra el covid-19, otra muestra de la generosidad benevolente de las monjas de Buu Tam. Gracias a ella en particular y al templo en general, muchas personas mayores han encontrado un hogar y los huérfanos, la oportunidad de cambiar su destino. Todos los pequeños van a la escuela. Tres de ellos han finalizado sus estudios y se han independizado.