(VOVworld) - Durante 3 años atendiendo y curando a los pobladores en la isla de Thổ Chu, provincia sureña de Kiên Giang a 200 kilómetros de la tierra firme, Trần Đình Dũng ha hecho grandes aportes al tratamiento de los compatriotas bajo el rigor del clima en esta lejana zona. En el corazón de los pacientes, este médico representa la tabla de salvacion a la que acuden cuando padecen enfermedades.
Apenas un día después de asumir su tarea en la isla de Thổ Chu, distrito de Phú Quốc, provincia de Kiên Giang en octubre de 2010, en el momento en que se estableció el sanatorio Thổ Chu, el capitán y médico del ejército vietnamita, Trần Đình Dũng tuvo que enfrentar un caso difícil. Fue el de una embarazada de nueve meses en el momento del parto. Sin embargo, con profesionalidad y determinación, el combatiente Dũng decidió realizar una cirugía que salvó las vidas de la madre y su hijo. Él recordó: “En ese momento, sólo había vencido dos meses de estudios obstétricos. Fue un día tenebroso con chubasco y no hubo ningún barco para llevar a la paciente a la tierra firme. Por eso, después de hacer un diagnóstico, decidimos realizar una operación aunque no teníamos ningún instrumental especializado mientras los médicos y enfermeros no se conocían entren sí como para lograr la mejor coordinación en el trabajo. Durante mis tiempos universitarios, estudié principalmente la apendicitis que es bastante frecuente en las islas. El primer caso de parto que enfrenté fue bastante complicado pero con los esfuerzos comunes, lo superamos. Actualmente, Diễm y su hijo disfrutan de una buena vida en la isla”.
El doctor Trần Đình Dũng y el hijo de su primera paciente en la isla
Hace varios meses, Trần Đình Dũng salvó la vida del soldado de frontera Lê Văn Hồng quien padeció apendicitis. Lo especial radica en que esta operación se realizó bajo la luz de linternas porque en ese momento, los médicos del sanatorio comunal Thổ Chu asumían sus tareas fuera y solo quedaban allí Dũng y un enfermero que le ayudo en la cirugía, en coordinación con un facultativo del puesto fronterizo. “En ese momento, vi que el estado de salud del paciente era muy grave y requería una operación urgente para salvarle la vida. Al realizar la cirugía, me di cuenta de que sufrió una apendicitis atípica. Para colmo, no había ninguna luz y por lo tanto, tuve que acudir a la fuerza militar en la isla. Entonces, dos personas sostenían fuente de luz para que pudiera acometer la operación y por fin lo logré después de dos horas. El paciente se ha recuperado y puede practicar deportes”, contó Dũng.
Al enterarse de las pocas facilidades sanitarias durante su estancia de trabajo en la isla, el médico Dũng, codo a codo con sus compañeros, sembró un jardín de hierbas medicinales para curar las enfermedades ordinarias como fiebre y mordedura de serpiente. Aportó además innovaciones en cuanto a instrumentales médicos para superar las dificultades cada vez que atendía a los que experimentaban dolencias. Él compartió: “Recientemente, tuve que curar a un paciente de vasodepresor, cuya tensión arterial descendió hacia el valor cero, lo que provocó la imposibilidad de medir la presión sanguínea. En ese momento, informamos al hospital central de la región y nos instruyeron que examináramos el recto del paciente. Sin embargo, nos faltaban en ese momento, instrumentales necesarios y por eso, debíamos elaborar un tubo de caucho, calentarlo a vapor y desinfectarlo con alcohol. Después, ingresé el tubo por el recto del paciente reduciendo al mismo tiempo la presión intraabdominal para aliviar el dolor y así facilitar la recuperación. Quedan muchos instrumentos que debemos inventar para salvar la vida de los convalecientes”.
Trần Đình Dũng en su jardín de hierbas medicinales
Durante 3 años de práctica profesional en la isla, el médico Dũng ha ganado la confianza y el cariño de los lugareños. Casi todos los días recibe la visita de personas que llegan para saludarle u obsequiarle mariscos recién capturados. Una tarde, la mujer Nguyễn Thị Mỹ Hiệp visitó al doctor Dũng para agradecerle por haber salvado la vida de su hijo Trần Vũ Minh, quien nació con 3,5 vueltas del cordón umbilical alrededor de la garganta. Ella compartió: “En ese momento, encontré dificultades en el parto y por lo tanto acepté la operación. Por entonces, el médico Dũng consideró si realizaba la cirugía pero tuve confianza en él y mi familia le persuadió para que la hiciera. Después de nacer mi hijo, me quedé en el sanatorio durante 20 días. Aunque tuve fiebre a medianoche, recibí el tratamiento constante del médico y otros enfermeros. Toda la gente de la isla muestra su sincero agradecimiento a Dũng por haber superado la escasez y cuidado la salud de los habitantes locales”.
El médico Dũng recibe tantas muestras de afectos de la gente local, porque considera siempre que tratar y salvar la vida de otras personas en las islas lejanas constituyen tareas de suma importancia. Al presenciar las miradas de cariño y agradecimiento de los pacientes que se han curado, Dũng dice con sencillez que le causan alegría y le motivan más para seguir esforzándose en prestar más apoyos a los compatriotas en la isla.