El arquitecto Pham Dinh Quy y alumnos montañeses(Foto: baonhandao.vn)

Pham Dinh Quy ha recorrido 365 mil kilómetros, aproximadamente nueve veces el diámetro de la Tierra, con el objetivo de construir 105 escuelas para niños montañeses, un récord en el país en términos de voluntariado. Él explicó el porqué de su interés en viajar a los lugares más remotos para ayudar a los menores allí. Cuanto más trabajo, más pasión, dijo. “Quiero hacer algo por niños de la misma edad que mis hijos. Quiero que tengan un mejor ambiente para vivir y estudiar. Al principio pensé que las escuelas pequeñas eran un recuerdo para ellos, pero después de recibir mucha atención de la sociedad, eso significa muchísimo. Construir escuelas está allanando el camino hacia una cultura y una vida mejor. Este valor no puede cuantificarse en dinero.”

Construir en las montañas es muy complicado desde el punto de vista logístico y técnico. Una escuela requiere alrededor de 10 mil ladrillos, 30 metros cúbicos de arena y 10 toneladas de cemento. Pero ninguna máquina puede transportar materiales de construcción a ciertos sitios en las montañas y todo tiene que hacerse a fuerza de brazos. Pham Dinh Quy todavía recuerda muy bien su primer trabajo. “No hablaba el dialecto de los étnicos y no sabía nada sobre las condiciones geológicas locales. En resumen, no tenía experiencia en ese momento. Pero espontáneamente los lugareños se me unieron al darse cuenta de que la construcción sería una escuela. Me ayudaron a llevar los materiales, a pie y con una gran sonrisa en los labios. ¡Para mí fue como un milagro!”.

A Pham Dinh Quy le llaman cariñosamente "maestro" (Foto: baonhandao.vn)

De hecho, cada obra construida por este arquitecto de gran corazón y financiada por donantes generosos, es un milagro para los niños, ahora motivados para continuar estudios. Ly Nhu Huynh, profesor de la escuela Di Thang, en la provincia de Lao Cai, explicó: “Antes, los alumnos sufrían frío en invierno y calor en verano. ¡Ahora, para nada! Esta escuela de ladrillos ha cambiado completamente sus vidas”.

Para los maestros y estudiantes en Son La, otra remota provincia donde la infraestructura moderna no siempre está disponible, Pham Dinh Quy es su maestro honorífico, dijo Pham Van Dong, profesor de la escuela local de Suoi Lenh. “El profesor Quy es muy popular. Cada vez que nos visita, los estudiantes corren hacia él con los brazos abiertos. Lo amamos por su sentido del humor, pero también porque es alguien que solo tiene una palabra. Prometió construir una escuela para estudiantes y lo hizo”.

Pham Dinh Quy aún no ha completado sus proyectos. Actualmente está concibiendo una arquitectura nueva, más bella y funcional, para ponerla en función del beneficio de los estudiantes. Y lo hace en medio de la felicidad de sentir el amor de sus compatriotas montañeses, lo cual lo motiva aún más a hacer lo mejor por la comunidad.